El emporio comercial de Gamarra enfrenta uno de sus periodos más críticos, incluso con mayores pérdidas que en los momentos más duros de la pandemia. Las protestas sociales que comenzaron a inicios de diciembre han mermado sus proyecciones, tanto que al cierre del 2022 apenas alcanzaron el 50% de lo vendido en 2019 (año prepandemia).
La “Toma de Lima”, la última gran marcha en favor del adelanto de elecciones, el cierre del Congreso y la destitución de Dina Boluarte de la presidencia, inició ayer 19 de enero. A la par, principalmente las regiones del sur como Cusco, Arequipa, Ica y Puno, se sumaron nuevamente a las protestas con los mismos motivos.
Según la presidenta de la Asociación Empresarial Gamarra Perú, Susana Saldaña, casi un 30% de la producción que es destinada para estas zonas no se logra enviar. Explicó que algunas empresas de transportes tienen suspendidas estas rutas, mientras que otras no garantizan la seguridad de la mercadería.
Existen alrededor de 20.000 mypes (micro y pequeña empresa) asentadas en Gamarra, mayoría la cual no cuenta con capital para nuevas temporadas debido a la bajas ventas navideñas. A esto último se suma la convulsión continúa durante casi 8 semanas y la informalidad reportada por los empresarios. De hecho, el comercio informal es uno de los problemas más grandes que afecta al emporio de Gamarra, quedándose con hasta el 40% de ventas.
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Campaña escolar en peligro
La situación se vuelca peor frente a la campaña escolar que inicia ahora en febrero. Saldaña detalló que son 1,500 micro y pequeñas empresas las que trabajan en la campaña escolar en el emporio de La Victoria. Ahora deberán tomar sus precauciones para invertir. Inicialmente la perspectiva de los empresarios era superar las ventas prepandemia en esta temporada educativa.
Datos del Ministerio de Educación confirman que en 2022 hubo 6.7 millones de escolares matriculados a nivel nacional. Según la Asociación Peruana de Industriales Confeccionistas (APIC), los padres de familia invierten entre 150 y 200 soles para vestir a un niño con las prendas adecuadas (uniforme y buzo deportivo).
De mantenerse ese promedio de gasto, Gamarra podría percibir aproximadamente S/1.340 millones. Pero como mencionamos, de continuar las protestas (particularmente en las regiones), algunos padres optarían por no comprar uniformes o esperar la virtualidad en los colegios. Dichos panoramas implicarían un recorte del 70% de las ventas probables.