Los planes de reapertura de la economía no están perfectamente definidos, y el cronograma irá variando según vayan evolucionando las cosas. Además de tentativo, es un cronograma condicionado.
“Las empresas necesitarán tiempo, y algún grado de inversión, para adoptar protocolos de saneamiento y aforo antes de abrir, ya que algunos protocolos podrían requerir modificaciones significativas en los centros de trabajo. Restablecer las cadenas de suministros y distribución tomará cierto tiempo”, indicó el Departamento de Estudios Económicos de Scotiabank.
Además, las empresas que empiecen a operar probablemente no lo hagan al 100% de su producción anterior porque no van a enfrentar el 100% de su demanda anterior. No es claro cómo evolucionará el comportamiento de distanciamiento social en el tiempo, cómo cambiarán los patrones de consumo, transporte, etc.
LEE TAMBIÉN: ¿Cómo los peruanos han cambiado sus hábitos de consumo durante el Covid-19?
“Los programas de reapertura y protocolos de salud están enfocados en la economía formal. Cómo se adaptarán y responderán las actividades del sector informal es poco claro. No es clara la velocidad con que los recursos de estímulo monetario y fiscal fluirán efectivamente hacia la demanda. Tampoco es evidente la magnitud del daño a las cadenas de pago y logísticas, y con qué rapidez se podrán reestablecer”, dijo el estudio de Scotiabank.
CONSUMO SE CONTRAERÁ EN EL 2020
Asimismo, el Departamento de Estudios Económicos de Scotiabank, proyectó que el consumo privado se contraerá entre 2% y 3% en el 2020, debido a que habrá una fuerte pérdida de empleos y de ingresos familiares.
“Prevemos una importante reducción de la masa salarial asociada a la pérdida de empleo -estimamos una caída del empleo formal de entre 15% y 20% en el 2020- así como una reducción en el nivel del ingreso promedio”, dijo Scotiabank.
Lo anterior sería parcialmente compensado por las medidas implementadas por el gobierno que posibilitan que los hogares dispongan de un poder adquisitivo adicional vinculado a bonos para 6.8 millones de hogares, prestaciones para un segmento de trabajadores de mypes, apoyo a trabajadores afectados por coronavirus, canasta de alimentos para poblaciones vulnerables, y la liberación de una cantidad importante de ahorros privados en AFPs y Compensanción por Tiempo de Servicios (CTS). Estas cifras no incluyen los recursos de Reactiva ni de FAE-MYPE, una porción de la cual debería también llegar a trabajadores que temporalmente no están produciendo.
“Si no fuera por estas medidas, que agregan al poder adquisitivo, el consumo caería bastante más de la contracción de 2% a 3% que esperamos. Sin embargo, la clave real reside en qué ocurrirá con el empleo y el ingreso familiar de trabajadores independientes e informales. Y ésta es una gran interrogante”, indicó el estudio.
A propósito del consumo, será interesante observar cómo cambios en comportamientos, la adopción de nuevos protocolos, etc., a raíz del COVID19, afecten los patrones de consumo. Hasta qué punto y cuándo regresará la concurrencia a lugares de concentración de personas: restaurantes, transporte aéreo, lugares de descanso, entretenimiento, y eventos masivos.
“Hasta qué punto se profundizará la bancarización y digitalización de las transacciones como forma de evitar concurrencias presenciales. Cómo cambiarán las prioridades y preferencias del consumidor, al menos por un tiempo”.
INCERTIDUMBRE AFECTARÁ LA RÁPIDA RECUPERACIÓN DE LA INVERSIÓN PRIVADA
La entidad financiera proyectó también que la inversión privada se contraiga entre 25% y 39% en el 2020. Es mucho más fácil para las empresas parar sus proyectos de inversión que sus operaciones, y el entorno de alta incertidumbre les da el motivo para hacerlo.
“Aún después de que COVID19 sea contenido, la incertidumbre respecto de la senda y rapidez de la recuperación impedirá una rápida recuperación de la inversión privada.
No todo es malo. Esperamos que los proyectos de inversión en minería se vayan normalizando este año, aunque sin cumplir con los cronogramas originales”, dijo el informe.
LEE TAMBIÉN: Tendencias que marcarán la transformación de la publicidad y su consumo
En cuanto a empresas que producen para la demanda interna, es difícil ver cuándo retomarán sus planes de inversión en expansión. Por un tiempo, la inversión puede estar más dirigida a adaptar las empresas y ambientes de trabajo a los nuevos tiempos, patrones de consumo, tecnología y protocolos de salud.
Una cosa favorable para el entorno de la inversión privada es que existe liquidez en el sistema, y es a tasas de interés relativamente bajas, gracias a las medidas del BCR. Los programas del gobierno, como REACTIVA y el fondo de apoyo empresarial (FAE MYPE), también están ayudando a canalizar liquidez hacia las empresas.
La reciente ampliación de los fondos de REACTIVA a S/ 60 mil millones representa una mayor disponibilidad equivalente a 8% del PBI. Sin embargo, su objetivo es mantener los pagos de planilla y la cadena de pagos con proveedores, y no estimular la inversión.
COMERCIO Y SERVICIOS SE CONDICIONARÁN A UN CAMBIO DE ACTITUD DE LOS CONSUMIDORES
Solo los supermercados, mercados, bodegas y farmacias vienen operando. La pérdida de empleos afectará el consumo y, por ende, el sector comercio en los próximos meses. Sin embargo, habrá un antes y después del 24 de mayo en la dinámica del comercio.
Algunos canales que implican concentración de personas, como los malls o centros comerciales, tendrán que enfrentar condiciones nuevas de protocolos de saneamiento y de aforo, y posiblemente un cambio de actitud de parte de los consumidores.
Mientras tanto los servicios se acomodan una serie de subsectores relativamente independientes entre sí. El subsector más perjudicado será Alojamiento y Restaurantes, pues abrirían con demora y con restricciones.
El servicio de entrega a domicilio actuará como una válvula de escape parcial. Algo parecido ocurrirá con el transporte nacional e internacional, con la diferencia de que es un servicio esencial. Asimismo, se prevé significativos retrocesos en los rubros Turismo, Servicios a Empresas -ante la caída de la demanda interna, y Servicios a Personas -ante la contracción del consumo privado-.