Durante el cuarto trimestre (4T20) la demanda interna logró igualar el nivel de actividad del 4T19, resultado mejor a lo estimado por el Departamento de Estudios Económicos de Scotiabank de -3.0%.
Con este resultado, la demanda interna acumuló una caída de 9.8% durante el año 2020, debido principalmente al desplome registrado en el 2T20 como consecuencia de las medidas de restricción decretadas por el gobierno para mitigar la propagación del COVID-19.
Como se esperaba, la recuperación en el 4T20 fue liderada por el mayor gasto público, en línea con la política fiscal expansiva. Asimismo, llamó la atención la magnitud del crecimiento de la inversión privada no minera, reflejando el rebote de la autoconstrucción.
Por su parte, el consumo privado continuó con su gradual recuperación, en la medida que la reapertura de la economía permitió el paulatino restablecimiento de empleos. Cabe anotar que la demanda interna sin considerar inventarios registró un crecimiento de 4.3%.
Durante el primer trimestre (1T21) la evolución de la demanda interna dependerá de la duración de la cuarentena focalizada dispuesta por el gobierno, inicialmente vigente para febrero.
La medida ocasionará una caída de la demanda interna en este mes, pues la reversión de las medidas de reapertura dispuesta para la mayoría de las actividades autorizadas en las fases 3 y 4 generará un impacto negativo en el empleo -en especial en los sectores Comercio y Servicios- y, por ende, en el consumo privado.
Esto sería parcialmente mitigado por el pago de un bono de S/ 600 para 2.4 millones de familias ubicadas en las zonas declaradas de “riesgo extremo” debido a la segunda ola del COVID-19. Asimismo, se prevé que continúe la tendencia ascendente del consumo público -para atender los gastos asociados a la pandemia- y de la inversión privada no minera -ante el dinamismo que viene mostrando la autoconstrucción-.
EVOLUCIÓN EN EL 4T20
La demanda interna en el 4T20 mantuvo el mismo nivel del 4T19, mostrando una mejor evolución respecto al PBI (-1.7%) y a lo estimado de -3.0%. En términos desestacionalizados, la demanda interna creció 10.6% respecto al 3T20.
El consumo público (+21.7%) fue impulsado por los mayores gastos vinculados a la pandemia del COVID-19, en especial para la contratación de personal de salud y para la adquisición de suministros médicos y equipos de protección personal.
Además, se observó un significativo incremento en la ejecución del gasto de los gobiernos locales (+146.2%) debido a la implementación del programa de empleo temporal Trabaja Perú y a los mayores gastos en servicios de mantenimiento de caminos vecinales en el marco del programa Arranca Perú.
La inversión pública (+8.6%) se recuperó luego de dos trimestres consecutivos de caída. La evolución positiva se dio en los tres niveles de gobierno, destacando el incremento de los gobiernos locales, en particular la ejecución de proyectos del programa de Reconstrucción post El Niño y proyectos de agua y alcantarillado en el marco del programa Arranca Perú.
Por su parte, la mayor inversión del Gobierno Nacional se concentró en Salud -compra de ventiladores mecánicos, monitores de funciones vitales y camas- y Educación -adquisición de tablets para el programa de educación a distancia ante el impedimento de realizar clases presenciales debido al COVID-19-.
La inversión privada (+9.4%) creció durante el 4T20, logrando recuperarse rápidamente luego del desplome registrado en el 2T20, cuando la ejecución de obras se mantuvo paralizada debido a la pandemia.
La evolución positiva fue liderada por la inversión no minera (+18.7%), resaltando el dinamismo en el segmento de la autoconstrucción dado que la pandemia cambio el patrón de gasto de las familias, las cuales destinaron una mayor parte de sus ingresos a ampliaciones o remodelaciones de sus viviendas ante el mayor tiempo que pasan en el hogar -debido al trabajo remoto y educación virtual-.
Por su parte, la inversión minera (-29.7%) mostró una lenta recuperación, en especial en el segmento de exploración, a pesar de la tendencia creciente en la cotización de los metales.
El consumo privado (-1.5%) siguió con su gradual recuperación, en la medida que la implementación de la Fase 4 del plan de reanudación de actividades -iniciado en octubre- permitió reponer parte de los empleos perdidos en los sectores servicios y comercio ante la reapertura de actividades como gimnasios y casinos, el reinicio de vuelos internacionales y el aumento del aforo en tiendas y restaurantes.
Asimismo, el pago del segundo bono universal otorgado por el Estado a 8.4 millones de familias vulnerables -que implicó recursos equivalentes al 0.9% del PBI-, así como la vigencia de las medidas que permiten la liberación del ahorro privado -como la Compensación de Tiempo de Servicios (CTS) y los fondos privados de pensiones (AFPs)- permitieron el acceso a recursos temporales que lograron mitigar la caída de los ingresos permanentes asociados a que el nivel de empleo e ingresos se ubicó por debajo del 4T19 debido al COVID-19.