La demanda interna creció 1.7% durante el primer trimestre del 2019 (1T19), su menor tasa de expansión de los últimos dos años e inferior a la expansión de 2.3% del PBI, según cifras del Banco Central de Reserva (BCR). Esta desaceleración se sustentó principalmente en la caída del consumo y la inversión pública -que en conjunto le restaron 1.3 p.p. al crecimiento- así como en el menor dinamismo de la inversión privada no minera -que acumuló tres trimestres consecutivos de caída-.
La inversión pública (-10.9%) registró su mayor caída desde el 1T17 -cuando fue afectada por el Fenómeno El Niño-. Esta evolución estuvo en línea con lo anticipado, pues usualmente cuando se produce cambio de autoridades subnacionales -asumieron el 01/01/19- existe una curva de aprendizaje, lo que afectó principalmente la inversión de los gobiernos locales (-20.5%). De otro lado, si bien aumentó la inversión de los gobiernos regionales (+1.7%) esto se debió básicamente a un aumento de la inversión en Ucayali puesto que durante el 1T19 la inversión pública cayó en 17 de las 25 regiones.
La inversión privada (+2.9%) fue impulsada por la inversión minera (+36.7%), que se vio beneficiada por la continuidad en la ejecución de importantes proyectos mineros -como Quellaveco (Anglo American), Mina Justa (Marcobre) y la ampliación de Toromocho (Chinalco)- y a pesar de los menores precios de los metales como consecuencia de la guerra comercial entre EE.UU. y China. Por su parte, la inversión no minera (-0.5%) continuó débil producto de la cautela de los empresarios ante el potencial impacto del menor crecimiento mundial sobre la economía local, así como por el incremento del ruido político.
El consumo privado (+3.4%) continuó con su robusta expansión, siendo la principal variable que contribuyó al crecimiento de la demanda interna. Esta evolución positiva estuvo sustentada en el incremento del empleo formal -creció 4.5% durante el 1T19- y de los créditos de consumo -aumentó 11.1%- y a pesar del estancamiento del ingreso promedio en el último año. Asimismo el retorno de la confianza del consumidor al terreno optimista durante el 1T19 contribuyó a este resultado.
PERSPECTIVAS
Según el Departamento de Estudios de Scotiabank para el segundo trimestre del 2019 se estima un crecimiento de la demanda interna mayor a la registrada durante el 1T19 aunque su avance estaría limitado por un efecto base -esta variable creció 6.2% durante el 2T18, su nivel trimestral más alto del año 2018-.
La evolución positiva estaría sustentada fundamentalmente en la recuperación de la inversión pública -aumentó 24.6% en abril gracias al mayor ritmo de ejecución en obras de reconstrucción en el norte, así como por el adelanto de recursos del canon a los gobiernos regionales y locales (en el 2018 la transferencia se hizo en julio y en el 2019 en febrero).
De otro lado prevemos que la inversión privada siga mostrando una evolución diferenciada: por un lado la inversión minera seguiría creciendo a doble dígito -a pesar de la caída en el precio de los minerales generada por la guerra comercial entre EE.UU. y China- pues estas inversiones consideran precios de largo plazo; y por otro, prevemos un aún lento avance de la inversión no minera, con excepción de la inversión inmobiliaria y la gradual aceleración de la inversión en infraestructura.
Finalmente, proyectamos que el consumo privado siga como el componente más dinámico de la demanda interna gracias a la evolución favorable del empleo.