La actividad económica continuó recuperándose en noviembre. El Producto Bruto Interno (PBI) se contrajo 2.8%, su menor ritmo de caída desde el inicio de la pandemia, y casi en línea con lo estimado de -3.0% por el Departamento de Estudios Económicos de Scotiabank.
Los sectores no primarios vinculados a la demanda interna, así como la producción minera, continuaron con su paulatina recuperación. Este resultado se dio a pesar de la severa, aunque breve, crisis política registrada en dicho mes.
En diciembre, Scotiabank estima que el PBI haya registrado una caída de cerca de 2%, por lo que la contracción acumulada en el 2020 habría alcanzado -11.5%. La mejora relativa en diciembre estaría asociada a dos sectores en particular.
La pesca se benefició de una exitosa segunda campaña de anchoveta, lo que permitió que el desembarque se cuadruplicara respecto a diciembre del 2019 y que haya contribuido -de manera directa e indirecta- con alrededor de 0.8 p.p. al PBI de diciembre.
Por su parte, la construcción habría registrado un crecimiento similar al 17.2% registrado en noviembre, impulsado por el dinamismo de la autoconstrucción y la recuperación de la inversión pública.
El resultado del PBI de diciembre pudo haber sido inclusive mejor, pero protestas sociales vinculadas a mejoras laborales en la agroexportación -y que incluyeron el bloqueo temporal de las carreteras Panamericana Sur (Ica) y Norte y (La Libertad), habrían afectado los sectores transporte, comercio y agropecuario.
Para el primer trimestre del 2021, el Departamento de Estudios Económicos de Scotiabank proyecta que el PBI registre un crecimiento de entre 1% y 2%, luego de cuatro trimestres consecutivos de caída -en el 4T20 la contracción habría sido de alrededor de -3%-.
Esta proyección asume que, a pesar de la segunda ola del Covid-19, no se decrete una cuarentena generalizada como la registrada al inicio de la pandemia. En ese sentido, las mayores medidas de restricción de movilización de personas -diferenciadas a nivel de regiones dispuestas inicialmente para la segunda quincena de enero, tendrían un impacto marginal sobre la economía en su conjunto.
La proyección considera que la evolución positiva del PBI en el 1T20 se debería principalmente al rebote que se registraría en marzo -mes en el que se anotaría un crecimiento de doble dígito- debido a un efecto base pues en marzo del 2020 el PBI cayó 16.3% como consecuencia de la cuarentena total dispuesta desde la segunda quincena de dicho mes para mitigar la propagación del Covid-19.
EVOLUCIÓN DEL PBI EN NOVIEMBRE
El sector agropecuario creció 1.3% en noviembre, por segundo mes consecutivo, impulsado por la producción agrícola (+3.9%). Esta evolución positiva fue liderada por cultivos de agroexportación como uvas, páprika y pimiento piquillo debido a condiciones climáticas favorables, en especial en la costa norte. Asimismo, se observaron mayores cosechas de tomate, ajo y maíz amarillo duro dirigidos al mercado interno. De otro lado, la producción pecuaria (-2.3%) reportó una mejora relativa -su menor ritmo de caída desde mayo- gracias a la gradual recuperación de la demanda en el mercado avícola.
El sector minería e hidrocarburos (-4.8%) continuó con su reactivación liderada por el subsector minería (-3.1%). No obstante, el comportamiento no es homogéneo. Por un lado, resalta la producción de estaño -Minsur-, hierro -Shougang-, y zinc -principalmente Antamina-, que han recuperado sus niveles prepandemia. Además, la producción de cobre viene mostrando una recuperación acelerada desde octubre -gracias al menor nivel de contagio en las minas- lo que ha permitido que su nivel actual esté sólo 2% por debajo de su nivel de fines del 2019. De otro lado, la producción de oro aún se ubica 20% por debajo de sus niveles prepandemia, explicado en parte por las menores leyes de mineral. En lo que se refiere al subsector hidrocarburos (-13.9%), este continuó siendo afectado por la menor producción de petróleo en lotes de la selva debido al cierre temporal del Oleoducto Norperuano a raíz de protestas sociales.
El sector pesca mostró una ligera caída (-0.7%) debido a la menor disponibilidad de especies para el Consumo Humano Directo (-6.5%), en especial para el consumo en estado fresco -perico, bonito, cojinova-. Por su parte, la captura de anchoveta alcanzó 710 mil toneladas, monto similar a lo registrado en noviembre del 2019. No obstante, se prevé un crecimiento importante en diciembre debido a la favorable evolución de la segunda campaña.
El sector construcción (+17.3%) registró un crecimiento por tercer mes consecutivo, siendo uno de los pocos sectores que se han recuperado en forma de “V” luego del cierre temporal de actividades entre mediados de marzo y mayo dispuesto por el gobierno para controlar la primera ola del Covid-19. Este comportamiento fue sustentado por la mayor demanda de cemento para autoconstrucción y la recuperación de la inversión pública en el 4T20. Cabe anotar que esta evolución favorable habría continuado en diciembre tomando como proxy el consumo de cemento registrado en dicho mes.
El sector comercio (-2.5%) mostró su menor tasa de caída poscuarentena, gracias a la recuperación de las ventas de vehículos nuevos por la mayor demanda de las personas para contar con un medio de transporte seguro. Por su parte el comercio mayorista cayó ante las menores ventas de equipos de oficina y maquinaria para la industria. Las ventas minoristas fueron afectadas por la menor demanda de combustibles, libros y juguetes compensado por mayores ventas de supermercados.
El sector manufactura no primaria (-3.1%) reportó su menor caída desde marzo. Las industrias de mayor contracción fueron las productoras de bienes de consumo como confecciones, calzado, oleaginosos, lácteos, plásticos, ante la caída de la demanda. Por su parte las industrias de productos intermedios tuvieron un comportamiento similar, destacando la evolución negativa de productos metálicos, madera y químicos, parcialmente contrarrestado con el crecimiento de industrias vinculadas a la construcción como cemento y acero.
El sector servicios (-5.5%) continuó mostrando una mejora relativa, registrando su menor nivel de caída poscuarentena. A nivel desagregado, hubo comportamientos diferenciados. En tanto, resaltaron servicios financieros (+22.4%) -impulsado por los créditos del programa Reactiva-, Telecomunicaciones -ante la demanda de internet asociada al trabajo y educación virtual- y servicios gubernamentales -por el mayor gasto público en salud asociado a la pandemia-.
Por otro lado, continuó la significativa caída del rubro alojamiento y restaurantes (-41.3%) -antes el menor flujo de turistas y las restricciones en el aforo, respectivamente- y transportes y almacenamiento (-26.9%) -debido a las restricciones en los vuelos y el menor nivel de actividad económica-.