Los restaurantes, desde hoy, reabren sus puertas bajo lo modalidad de atención en salón con un aforo de 40% y cumpliendo una serie de protocolos de seguridad sanitaria. De esta manera se consolida la fase 3 de la reactivación económica del Perú, pero teniendo como prioridad la salud de las personas.
“Más allá de la dinámica que imponga (la reapertura de los restaurantes), la protección de la salud está por encima de toda consideración”, afirmó Madeleine Burns, directora nacional del Centro de Formación Turística (Cenfotur), quien participó en la confección del protocolo.
Para Burns, el acatamiento de las responsabilidades que deberán asumir los propietarios de los establecimientos, los trabajadores y los ciudadanos garantizarán este retorno, publicó la agencia de noticias Andina.
Por su parte, Xavier Zagaceta, director de Desarrollo Productivo del Ministerio de la Producción, indicó que la fiscalización del cumplimiento de los protocolos lo realizará el Ministerio de Salud, la Sunafil y los municipios.
Cabe precisar que el uso de mascarilla es obligatorio, los comensales solo se retirarán el implemento cuando vayan a ingerir los alimentos. En cuanto a los servicios higiénicos, estos deben ser desinfectados frecuentemente.
SEGURIDAD EN EL LOCAL
El protocolo de restaurantes maneja varios criterios, como la posibilidad de que la gente haga sus reservas e incluso conozca las ofertas del local vía online o por teléfono.
“Esto reduce el contacto directo y la posibilidad de contagio del virus. Este sistema de reservas, con horarios que permitan manejar el número de clientes que ingresan al restaurante, debe mantenerse”, indicó la directora del Cenfotur.
De acuerdo con el protocolo, que estará vigente desde hoy, el propietario decidirá si el personal considerado de riesgo bajo se somete a una prueba serológica.
El protocolo no exige pruebas rápidas para el personal del restaurante que es de riesgo bajo, pero sí para aquellas de riesgo medio o alto, o si en el supuesto de una emergencia, atiende a una persona que colapsa y se rompe el distanciamiento físico. Eso obligatoriamente determinará que ese trabajador sea sometido a un test molecular, aun cuando hubiese cumplido con llevar sus equipos de protección personal (EPP).