El impacto de la pandemia del COVID-19 ha golpeado fuertemente las perspectivas para el consumo privado. A inicios del año, el Instituto Peruano de Economía (IPE) proyectaba un crecimiento de 3.1% para el consumo privado, pero la coyuntura ha llevado a revisarla, considerando una caída entre 7.3% y 9.3%, debido al deterioro del mercado laboral.
Si bien el próximo año se espera una tasa de crecimiento positiva, entre 4.4% y 6.4%, esto no sería suficiente para volver a los niveles de consumo privado previos a la crisis del COVID-19. Esto posiblemente se daría a mediados o fines del 2022.
De acuerdo con la Asociación de Centros Comerciales y de Entretenimiento del Perú (ACCEP), la expectativa para este año era lograr ventas que superen los S/32,000 millones, un 9% más que en el 2019. Sin embargo, durante los tres meses de paralización se han evidenciado pérdidas por S/7,500 millones en ventas.
“El impacto en el sector retail se dio primero por un efecto de oferta, puesto que las tiendas no podían abrir, y hoy muchas de ellas sufren más bien problemas de demanda a causa del e-commerce”, señaló Willard Manrique, Gerente General de Grupo Crosland.
Los datos del Ministerio de Producción (PRODUCE) muestran que el número de establecimientos en el sector retail cayó 15% en abril respecto de marzo. Casos como la desaparición de locales de venta de libros (-83%) y de productos de mejoramiento para el hogar (54%) lo demuestran. En tanto, el cierre de farmacias (-6%) y tiendas por departamento y supermercados (-8%) fue mucho menor.
Si bien en mayo, los locales comerciales se incrementaron respecto de abril (+2%), aún se mantienen 14% por debajo del número de locales del sector retail que operaban en marzo, de acuerdo a investigación realizada por el IPE. Y respecto al empleo en el sector, los datos del INEI para el trimestre abril-junio dan cuenta de una caída del empleo en el sector comercio de 55% en relación al mismo periodo del año anterior.
Sin embargo, si solo se considera al sector retail moderno –que cuenta con un alto grado de formalidad–, la reducción del empleo es mucho menor. Por ejemplo, PRODUCE muestra que, en abril, el mes de mayor impacto, la reducción interanual del personal ocupado fue de 11%. En tanto, la caída respecto de febrero, previo a la pandemia, fue de 14%.
“En la reinvención se encuentra ahora la clave del éxito. Migrar hacia el comercio electrónico o reconvertir el giro de los negocios permitirá para aprovechar mejor el capital detenido. Por ello, mientras más tiempo pase, esta será la salida de más negocios, por lo que volver al tejido anterior será más lento y difícil”, finalizó Manrique.