A raíz del ‘boom’ del gas natural y el alza del precio de los minerales y la soya, Bolivia ha pasado por un período de crecimiento bastante marcado en los últimos diez años. Su expansión se ha mantenido en un promedio de 4,7% anual.
Ello ha traído que sus habitantes, impulsados por su mayor capacidad adquisitiva, demanden mejores servicios y productos. En tanto, Juan Carlos Mathews, director del Centro de Educación Ejecutiva de la Universidad del Pacífico (UP), considera que este período de bonanza contribuyó al arribo de más empresas peruanas a partir de los primeros años de la década del 2000.
Entre los que llegaron después, por ejemplo, el Grupo Romero, que abrió una sucursal de Ransa y adquirió Industrias del Aceite (IASA), que fabrica los productos de la marca Fino. Belcorp y Unique empezaron a exportar sus cosméticos y acondicionar sus líneas de distribuidores. Lo mismo sucedió con Química Suiza, que también inició el envío de sus productos.
No obstante, Diego Cavero, ex gerente general del BCP Bolivia, dice que lo mejor vino después. “En los últimos tres años el interés de las empresas peruanas se incrementó”, explica. La razón de este marcado interés tuvo dos aristas. Una, el crecimiento de nuestra economía, que facilitó que las empresas nacionales miren como una posibilidad latente su inminente salida al exterior.
La otra fue la buena receptividad de Bolivia, una plaza que empezó a atraer mayores inversiones. José Alberti, ejecutivo de comercio exterior de la Cámara de Industria, Comercio, Servicios y Turismo de Santa Cruz (Cainco), lo explica de la siguiente manera: “Sus inversiones (peruanas) son importantes por su localización. Generalmente, en Bolivia estas se dirigen a sectores como la minería y los hidrocarburos, pero las peruanas van a la *industria manufacturera, los servicios y el comercio*”, precisa.
La tercera oleada del ingreso de empresas (inicios del 2008) con capitales peruanos estuvo liderada por Inversiones Rokys, Aceros Arequipa, Corporación Misti, el restaurante Tanta (de Acurio Restaurantes), Textiles Camones y nuevamente por el Grupo Gloria (que adquirió el 47% de las acciones de la cementera Soboce).
Asimismo, en el 2010 el grupo Rash, de capitales panameños y peruanos, introdujo la marca Radioshack en las ciudades de La Paz y Santa Cruz. Un año más tarde, SabMiller, a través de Unión de Cervecerías Peruanas Backus y Johnston, lanzó su cerveza Cordillera, la cual produce en su planta de Arequipa.
Todo esto ha permitido que el Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE) y la agregaduría comercial del Perú en ese país estimen que el monto total de inversiones nacionales en ese mercado bordee, a la fecha, los US$1.100 millones.