Procter & Gamble Co le venderá su negocio de papas fritas Pringles a Kellogg Co por US$2.700 millones en efectivo, un nuevo acuerdo que finalmente le permite al fabricante de productos para el hogar dejar el negocio de alimentos.
Kellogg quiere levantar un negocio de bocadillos comparable a su reconocido negocio de cereales. La llegada de Pringles a la mezcla incrementará en casi el triple el negocio de snacks de Kellogg, llevándolo a representar casi la mitad de su cartera general.
El acuerdo impulsaba las acciones de Kellogg en un 3,9% en las primeras operaciones del mercado. Los títulos de P&G trepaban un 0,4%.
P&G acordó venderle Pringles a Diamond Foods Inc el año pasado, pero el pacto colapsó este mes tras una investigación interna de Diamond.
Diamond dijo haber encontrado una contabilidad inapropiada de pagos a productores de nuez y eso la llevó a reemplazar a su presidente ejecutivo y a su jefe de Finanzas.
El gobierno estadounidense también está examinando las prácticas contables de Diamond.
“Con los resultados de la investigación de comisión auditora y el cambio en la dirección, (el acuerdo) ya no era factible”, dijo el presidente ejecutivo de P&G, Bob McDonald, a periodistas reunidos en Cincinnati para un evento de P&G.
El acuerdo con Kellogg estaría completo para este verano boreal. P&G no quiso referirse la fecha en la que inició las negociaciones con Kellogg.”Hemos tenido opciones”, dijo McDonald.
Pringles se convertirá en la segunda mayor marca de Kellogg después de Special K, detalló el presidente ejecutivo.
“Están buscando establecer un negocio global de snacks a la par con su negocio global de cereales y Pringles será una gran parte de eso”, manifestó McDonald.
Cuando se le preguntó al presidente ejecutivo de Kellogg, John Bryant, por qué su compañía no compró a Pringles el año pasado cuando estuvo a la venta, respondió que era difícil competir contra la oferta de Diamond.
Además, según especificó, Kellogg ahora está más interesado en expandir su negocio internacional de snacks.
Kellogg es dueño de las marcas Keebler y Kashi y su negocio de bocadillos incluye las galleta Cheez-It y las barras Kashi.
Aunque Pringles era uno de los conductores para P&G, generando cerca de US$1.500 millones al año en ventas, era el único negocio de alimentos y ya no se adecuaba con el enfoque de la compañía en ítems como productos de belleza y cuidado personal.
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