Sabemos que McDonald’s es uno de los establecimientos de comida rápida más exitosos del mundo, con locales en todos los rincones. Pero, su sabor no conquistó un país sudamericano: Bolivia. Aquí te contamos la curiosa historia de su fracaso en tierras altiplánicas.
McDonald’s llegó a Bolivia en 1997 y durante 5 años intentó hacer lo que hace en todos los países: vender hamburguesas, papas fritas, y gaseosas. Sin embargo, desde sus inicios y a pesar de comenzar con tres sucursales en las ciudades bolivianas de La Paz, Cochabamba y Santa Cruz, se enfrentó a serios obstáculos para conquistar el paladar de los lugareños.
En este caso, uno de los obstáculos más evidentes que la empresa tuvo que sobrellevar fue el de la economía de los bolivianos, para quienes los precios de McDonald’s resultaban altos en comparación con lo que se puede comprar, por ejemplo, en un mercado local.

Precios más altos de lo habitual
Según Fernando Martínez, director del documental ¿Por qué quebró McDonald‘s en Bolivia?, declaró a la BBC que el menú más barato costaba en McDonald’s unos 25 pesos bolivianos (aproximadamente 3 dólares), mientras que en un mercado un almuerzo competo rondaba los 7 pesos (menos de un dólar).
Eso sin mencionar las muchas opciones de alimentación que superan por mucho el reducido menú de cualquier franquicia de comida rápida.
Pero esta razón, aunque importante, no explica completamente la derrota de la trasnacional. “Es fácil atribuirlo a la economía, pero detrás de ella están las personas, la sociología y los aspectos culturales”, declaró Martínez.

¿Qué llevó al fracaso de McDonald’s en Bolivia?
En 2002, McDonald’s quebraba en Bolivia tras experimentar grandes pérdidas, en un evidente fracaso de su intento de penetración en el país.
Los ocho restaurantes que se abrieron en sus 3 sucursales cerraron, y todos los trabajadores fueron despedidos. Hay que recordar que en 2002 McDonald’s afrontó un bajón económico internacional.
El fracaso también fue considerado para la globalización y el proceso de homogeneización cultural que esta implica, el triunfo de la diversidad cultural y la identidad colectiva, en este caso expresadas en la gastronomía original.
En este sentido resulta increíble que McDonald’s haya intentado revertir sus malos números introduciendo en sus restaurantes la llajwa, salsa con la que los bolivianos aderezan sus alimentos y, además, poniendo música folclórica en sus locales.

Aquí lo que finalmente se logró concluir, es que la sociedad boliviana no considera la comida como algo que pueda realizarse “rápido”, por tanto el fast food o “comida rápida”, a nivel social y cultural, no tenía muchas posibilidades de triunfar en Bolivia.
De hecho, los bolivianos sí tienen sus propias “comidas rápidas”: las empanadas, y con ingredientes como huevo, carne, o arroz, las empanadas logran reunir ingredientes favoritos de los bolivianos, que logran ser más deliciosas que una hamburguesa de McDonald’s.
McDonald’s salió por la puerta falsa de Bolivia en 2002, ante el evidente desinterés y rechazo de los bolivianos por los alimentos que ofrecía.