Los supermercados y comercios de Tailandia le dicen adiós a las bolsas de plástico. La cadena de tiendas de conveniencia 7-Eleven y los principales operadores de centros comerciales, como Central Group y Mall Group, abrieron el año con el compromiso de dejar de proporcionar bolsas de plástico gratuitas a los clientes. En su lugar, estos comercios ofrecen, por unos céntimos, bolsas tejidas reutilizables.
Desde hace meses, los centros comerciales y tiendas más importantes del país participan en una campaña para reducir el plástico, cuyo uso ha aumentado en los últimos años debido en parte al incremento de las plataformas de mensajería y comida a domicilio, según informa EFE.
Por ello, en los próximos años, el Departamento de Control de la Contaminación de Tailandia planea eliminar el uso de las pajitas, vasos y tapones de plástico, así como las fiambreras de poliestireno.
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Los tailandeses están cada vez más concienciados de la contaminación del plástico en sus playas y zonas naturales, donde los animales mueren al ingerir gran cantidad de bolsas y residuos.
“Tailandia desecha cada año entre 150.000 y 410.000 toneladas de plástico al mar, del total mundial que asciende a entre 4,8 y 12,7 millones de toneladas anuales”, refiere un estudio de la revista Science dirigido por la profesora Jenna R. Jambeck.
El uso intensivo del plástico hace de este país el sexto contribuyente mundial a la contaminación de los océanos. Cada tailandés utiliza todos los días no menos de ocho recipientes plásticos de un solo uso, que van desde la bolsa del supermercado hasta el vaso de café, pasando por los envases de la comida para llevar, y todos terminan en alcantarillas y vertederos.
LA CRISIS DEL PLÁSTICO
Para Greenpeace es un buen comienzo, pero no resuelve la cuestión de la gestión de residuos.
“Prohibir las bolsas de plástico no es suficiente para resolver la crisis del plástico en el país. Lo que hay que hacer es poner fin a la cultura del desechable”, indicó Pichmol Rugrod, de Greenpeace Tailandia.
Además, las bolsas de tela no son totalmente inocuas para el medio ambiente, ya que los microplásticos también están presentes en su fabricación para hacerlas más resistentes.
“Estos microplásticos crean otro problema ya que cuando se desechan, los productos químicos que contienen acaban depositándose en los suelos”, añadió.