La planificación de la logística urbana ha de priorizar conceptos como la habitabilidad y la sostenibilidad en las ciudades.
¿Qué significa esto? Que las ciudades deben facilitar el aprovisionamiento de mercancías a la vez que preservar el bienestar de sus habitantes.
Por este motivo, los operadores logísticos y las empresas que realizan entregas directamente en las ciudades se encuentran ante un conjunto de dificultades que deben resolver para lograr una última milla exitosa:
Restricción de la movilidad: el aumento del tráfico en las ciudades y las paulatinas restricciones para grandes camiones han provocado que cada vez sea más difícil acceder a los centros urbanos. Esto afecta especialmente a los supermercados y grandes comercios, que se ven obligados a establecer hubs logísticos o centros de micro-fulfillment dentro de las ciudades para poder preservar el abastecimiento de productos a sus establecimientos.
Nuevas exigencias de los clientes: el comercio omnicanal ha incrementado el poder del cliente final, que hoy en día reclama una entrega superrápida y en el lugar de su elección, ya sea en una taquilla inteligente, en su lugar de trabajo o en su hogar. Igualmente, casi la totalidad de las empresas, sobre todo en el mundo e-commerce B2C, ofrecen la opción de devolución gratuita en caso de que se produzca algún error en el pedido o el cliente se sienta insatisfecho. Esto provoca que los almacenes deban reducir al máximo el coste unitario de preparación de pedidos para poder asumir la gestión de las devoluciones.
Multiplicidad de unidades de carga: la consolidación del e-commerce ha roto con el monopolio del palet como unidad de carga preferencial en un almacén. Hoy en día, los centros logísticos se ven obligados a gestionar múltiples unidades de carga, por lo que deben habilitar diferentes zonas de trabajo e instalar sistemas de almacenaje para cajas, bandejas, palets, etc.
Sostenibilidad medioambiental: la logística urbana ha de asegurar rapidez en los envíos, pero también sostenibilidad. En un contexto donde cada vez más gente se preocupa por el medio ambiente, la logística urbana no solo debe ser eficaz, sino también logística verde. ¿Cómo? pues, por ejemplo, incorporando paulatinamente medios de transporte eléctricos, híbridos o de gas natural licuado (GNL).
Para resolver estas dificultades, las compañías han optado por acercar su almacén a los núcleos urbanos: se establecen cerca de las grandes ciudades, en los principales nexos de comunicación, para abaratar sus envíos y poder gestionar las complejidades de la logística urbana, como por ejemplo la logística inversa.