Puma, propiedad del grupo de lujo PPR, ha implementado medidas adicionales de reducción de costes debido a la evolución negativa de sus resultados, sobre todo de su beneficio, que en el tercer trimestre se ha desplomado un 85%, hasta 12,2 millones de euros. En el mismo periodo del ejercicio anterior, Puma ganó 81,7 millones de euros.
El plan de transformación, que se puso en marcha en 2010, tiene como objetivo reducir la complejidad e incrementar las eficiencias operacionales de la compañía a largo plazo. No obstante, Puma ha tenido que implementar medidas adicionales para frenar la brusca caída de su beneficio.
Entre las medidas de ahorro de costes que Puma ha puesto en marcha para mejorar el rendimiento financiero a corto plazo está la consolidación de almacenes, la optimización de la red de puntos de venta, la implantación de un nuevo modelo de negocio regional, la reducción de patrocinios y finalización de colaboraciones no rentables, la reducción de las colecciones y el establecimiento de divisiones de negocio, entre otras.
Estas nuevas acciones que ha tenido que llevar a cabo Puma han supuesto a la compañía un desembolso de 80 millones de euros, que espera amortizar en un periodo de entre dos años y tres años.
En los nueve primeros meses del ejercicio, Puma ha registrado un descenso del 42,8% en su beneficio, hasta 112,8 millones de euros. En el mismo periodo del año anterior, la compañía logró ganar 197,1 millones de euros.
La facturación de la empresa se ha incrementado un 7,8%, hasta 2.446 millones de euros. En el ejercicio precedente, Puma alcanzó unas ventas de 2.288 millones de euros.
La empresa se encuentra en un momento de transición tras la salida de Jochen Zeitz, hasta ahora presidente de Puma, y el posterior nombramiento de Jean François Palus como nuevo presidente de la compañía. Palus también ocupa el cargo de director general de PPR.