La empresa Kraft Foods Group anunció hace unos meses la fusión con el fabricante de ketchup H.J. Heinz, propiedad de la firma brasileña 3G Capital y del conglomerado de Warren Buffett Berkshire Hathaway, para formar la tercera mayor compañía de alimentos y bebidas de América del Norte y la quinta empresa de alimentos más grande del mundo.
La nueva Kraft-Heinz será una empresa valuada en 28.000 millones de dólares controlando unas 53 de las marcas más populares del mundo, como Macaroni and Cheese, Kool Aid, Maxwell house, Philadelphia, Planters, Jell-O, Velveeta, Ketchup Heinz, Mayonesa Kraft, Jack Daniels y Ore-ida.
La transacción fue iniciada por Berkshire Hathaway y la firma de capital brasileño 3G, ambos propietarios de Heinz y que ahora controlarán el 51 % del nuevo gigante. Entretanto, los accionistas de Kraft tendrán el 49 % de las nuevas acciones.
“Este es mi tipo de transacción preferida, uniendo dos organizaciones de clase mundial y la entrega de valor para los accionistas”, señaló Buffett, presidente y CEO de Berkshire Hathaway, en un comunicado.
En un comunicado, se informó que la meta es reducir costos en 1.500 millones de dólares al final del 2017.
Esta es la segunda adquisición de importancia para la brasileña 3G, que también es dueña de Burger King y que el año pasado compró la cadena de restaurantes canadienses Tim Horton’s en una transacción valuada en más de 11.000 millones de dólares.
La empresa será encabezada por el presidente ejecutivo de Heinz, Bernardo Hees y se prevé que la firma combinada que se llamará Kraft Heinz Co., ahorre cerca de US$ 1,500 millones anuales a fines del 2017, afirmaron las compañías.
Cambios en los gustos del consumidor
El acuerdo se produce en momentos en que Kraft y otros grandes fabricantes estadounidenses de alimentos luchan con cambios en los gustos de los consumidores que han obstaculizado su capacidad para vender alimentos envasados y procesados.
Kraft ha presumido de su estructura de costos más ligera en comparación con otras empresas de alimentos envasados, gracias a la eliminación de puestos de trabajo y el recorte de otros costos. Pero sigue siendo muy vulnerable ante los cambios del consumidor.
A medida que los consumidores se desplazan hacia la compra de alimentos frescos que perciben como más saludables, Kraft ha intentado adaptarse con medidas como la eliminación de colores artificiales.
Según explica Ken Goldman, analista del sector para J.P. Morgan, el matrimonio entre Kraft y Heinz supone un casamiento idílico ya que “no cuenta con problemas estructurales, Kraft tiene una gran presencia en supermercados además de un fuerte valor en sus marcas mientras que existe poco solapamiento con Heinz”.
Además, según las estimaciones del banco de inversión J.P. Morgan, la nueva Kraft Heinz Company podría registrar un ebitda (resultado bruto operativo) de hasta 7.901 millones de dólares, lo que la colocaría además en segunda posición dentro de su sector en la mayor economía del mundo.
Esta noticia es auspiciada por: