Estados Unidos vive una de las crisis inflacionarias más alta del último tiempo, alcanzando en junio el pico de 9,1%, la más alta en 31 años. Ante el continuo encarecimiento del coste de vida, el Bank of America pronosticó una recesión en EE.UU. para este año, y que perjudicaría sustancialmente las economías en todo el mundo.
Según explicó César Romero, de Renta4, banco especializado en inversiones, el mercado estadounidense representa alrededor del 24% del PBI global, y el 10% de todas las exportaciones. “Una recesión estadounidense afectaría el flujo de importaciones a nivel mundial y reduciría la expectativa de crecimiento de diversas economías. Esto produciría una caída en los commodities y un menor nivel de inversiones por expectativas de que una recesión de EE.UU. pueda contagiar a Europa o China”, agregó.
Esta situación, además de golpear a los mercados, también afectará a otros aspectos, como al desempleo. Se espera que la tasa de desempleo se dispare del nivel históricamente bajo del 3.6% que actualmente tiene al 4.6%. A pesar de ello, el ejecutivo indica que esta cifra estaría por debajo del pico de abril de 2020, cuando, por la pandemia, se registraron picos de casi 15%.
Lee también: Recesión parece inevitable, pero no sería tan grave
Sin embargo, otros economistas mantienen una expectativa más positiva. El banco de Wall Street indicó que, a pesar de los temores que mantiene el mercado sobre una recesión inminente, “tenemos dudas de que la economía ya esté en recesión”. El pronóstico general tiende a estimar una recesión entre el 2023 y 2024 dependiendo de en qué punto finalice la subida de tasas de la Reserva Federal (Fed).
Por su parte, bancos como JP Morgan Chase & CO y el Deutsche Bank AG, señalaron que aquellos mercados que están emergiendo se encuentran preparados para afrontar esta posible recesión.
De esta forma, indican, pasando las afecciones que esta recesión pueda traer al corto plazo, aspectos como los mayores rendimientos, las valoraciones baratas y el crecimiento más rápido, acompañado de un resurgimiento de China, podrían proteger a estos mercados; siempre y cuando China continúe creciendo en el año, lo que dotaría de solidez a los commodities y beneficiaría a las economías primario exportadoras como la peruana.
¿Qué pasará con el mercado peruano?
“El rubro que más sentiría el impacto es el de las exportaciones no tradicionales, en lo que se encuentra el sector agro peruano, más del 50% de las exportaciones de Perú a Estados Unidos son de estos productos. Menores ingresos de divisas llevarían a una caída de las RIN y a un mayor tipo de cambio en el corto plazo”, indicó Romero.
El experto espera que el mercado peruano se reduzca por un efecto de contagio. A esto se sumaría el golpe de un mayor tipo de cambio, el cual estaría afectando las deudas en dólares de las principales empresas en el corto plazo.
En el mediano plazo, estas afectaciones dependerán de qué tan rápido cambia la Fed la política monetaria, lo que llevaría a una reducción de tasas que amortigüen el golpe a mediano y largo plazo.