Adaptarse o morir. En la comida, como en cualquier otra situación sujeta al paso del tiempo y a las tendencias, los gustos cambian. Y se espera que con ellos cambie el mercado.
Los alimentos se ponen y pasan de moda, surgen nuevas formas de cocinar platos y aparecen restaurantes con ofertas nunca vistas antes. Hasta tal punto cambian las modas del comer que ya es posible comprar productos vegetarianos en un McDonalds.
Un artículo del Washington Post volvía a abrir la pregunta de cómo los millenials estaban obligando al mercado a cambiar su oferta gastronómica por otra más verde, orgánica y saludable.
El texto, titulado “Auge y caída de Subway, la mayor cadena de comida del mundo”, arrancaba con el sorprendente descenso en las ventas del gigante Subway –que en Estados Unidos posee más establecimientos que la suma de Starbucks y McDonald’s– para acabar evidenciando que el país del Tío Sam ha comenzado a dar la espalda a la comida rápida.
Adiós al ‘fast food’, ¡hola ‘fast casual’!
Definitivamente, los cambios en los gustos alimenticios de los norteamericanos están cambiando.
“A la luz de la gran competencia procedente de otros conceptos de bocadillo-sándwich, las ofertas de Subway ya no encajan tan bien con los clientes como lo solían hacer antes”, sostiene el responsable de la consultora de referencia en el sector de la alimentación en EEUU.
Las cifras globales, por el momento, siguen dando la razón a los grandes de los restaurantes franquiciados. Subway, pese a todo, continúa siendo campeón mundial en número de locales de comida rápida, con 43.913 restaurantes.
Para hacernos una idea, McDonald’s, su inmediato competidor, atesora cerca de 35.000, es decir, unos 9.000 locales menos.
El artículo recordaba que las ventas de la filial estadounidense de Subway habían bajado un 3% (obteniendo 400 millones de dólares menos de beneficio que en 2013).
Era el mayor descenso del Top25 de cadenas de ‘fast food’, y el redactor no podía evitar relacionar estas cifras con el auge de nuevas multinacionales del ‘fast casual’.
Estas, aun siendo fast food en sentido general, trabajan con muchos menos ingredientes congelados y procesados. Se trata de empresas norteamericanas en auge como Chipotle Mexican Grill y Firehouse Subs.
Paradójicamente, Subway, el mismo gigante de los bocadillos que en Estados Unidos experimenta una caída en sus ventas, goza en Europa de una salud excelente.
En España, de hecho, la compañía sigue inaugurando nuevos establecimientos y prevé alcanzar los 450 antes de 2020 (de los 55 que posee en la actualidad).
«La mayoría de nuestros franquiciados tiene el restaurante como primera fuente de ingresos. El 70% de nuestros franquiciados es dueño de más de un restaurante», ha señalado Alessandra D’Agostino, responsable de franquicias del Área Mediterránea de Subway.
Sobre Subway
El primer restaurante de Subway abrió sus puertas en 1990. Hay más restaurantes Subway en C-Stores (tiendas de conveniencia), gasolineras y truckstops que cualquier otro restaurante de comida rápida en el mundo.
Además, las tiendas de Subway se encuentran en los siguientes lugares no tradicionales: 597 colegios y universidades, 126 supermercados, 293 hospitales 263 grandes almacenes, 1.956 ubicaciones de Wal-Mart y 201 aeropuertos.
Cambiando de rumbo
Tal y como adelantaba el diario Confidencial, la lucha soterrada entre el viejo ‘fast food’ y el nuevo ‘fast casual’ de los países industrializados afecta hasta los más grandes del sector de los restaurantes franquiciados.
Así, el lavado de cara de McDonald’s para compensar la caída de las ventas pasa por cambiar colores, uniformes, decoración, fachada, menú del establecimiento y nombre -ahora determinados McCafés se han rebautizado como The Corner-.
La estrategia consiste en «hacerse pasar por hipster» para dar un servicio en apariencia similar al de las cafeterías de toda la vida.
La pregunta es ¿continuaran estas grandes compañías con esta tendencia durante mucho tiempo, o veremos una redefinición de la oferta en un futuro cercano?
Es la pregunta que muchos nos hacemos, mientras contemplamos, expectantes, un cambio en el paisaje gastronómico donde el fast food tradicional pierde terreno en los Estados Unidos ante la arrolladora pujanza de cadenas de casual food con una oferta más sana y elaborada.
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