La situación económica y social en el mundo es incierta, más que hace dos años cuando cuando iniciaba la pandemia por el coronavirus. Nos encontramos ante una posible recesión económica, un riesgo que algunos analistas consideran no será tan grave, pero que amerita tomar precauciones.
Si bien nos encontramos en una etapa «controlada» de la pandemia en la que se espera los contagios y muertes lleguen a cero, los estragos de la misma han ido más allá de la salud. Y a ello, no podemos dejar de mencionar la trágica guerra en Ucrania, que hoy se acerca a los cinco meses de duración.
Asimismo, la situación más severa está en la logística y los problemas en la cadena de suministro derivados de los confinamientos. Hay bloqueos, como los de China con rebrotes, cuellos de botella en puertos y el alza de los fletes marítimos, todo conlleva a una interrupción de suministro que, según gigantes como Maersk, todavía no van a recuperarse.
Existe una constante preocupación por la inflación, que se ha visto agravada por el repunte de los precios de las materias primas en los últimos meses. La posibilidad de que la guerra entre Rusia y Ucrania siga recrudeciéndose supondría un grave riesgo de cola. Cada vez parece menos probable que la diplomacia vaya a solucionar el conflicto.
Lee también: Precios internacionales de los alimentos disminuyen ¿Qué se espera en el Perú?
La guerra en Ucrania, la política «cero COVID» de China y una política monetaria global más estricta han suscitado preocupaciones acerca de un periodo prolongado de estanflación, refiere la empresa financiera JP Morgan. Este término se refiere a una economía asediada por un crecimiento bajo o negativo, un aumento del desempleo y una inflación obstinadamente alta, una combinación que no hemos experimentado desde la década de los setenta, y en el Perú, desde los noventa.
El resultado de la inflación en Lima Metropolitana continúa al alza, superando un valor que no se registraba desde julio de 1997, al alcanzar 8,81%; y el Banco Central de Reserva estima que la de julio sería peor. Por su parte, en Estados Unidos, la inflación llegó al 9,1% interanual, la más alta en 40 años.
En su presentación en el Congreso Anual de Marketing 2022, Diego Macera, Gerente General del Instituto Peruano de Economía (IPE), detalló que la inflación ha limitado la recuperación de la capacidad adquisitiva de los hogares. A su vez, el nivel de ingresos en el área urbana todavía se encuentra 12.7% debajo de los niveles prepandemia, mientras que los empleos formales apenas superan en 0.6%.
Al cierre del 2021, los ingresos reales de los hogares peruanos de clase media se encontraron aún 9% por debajo del margen 2019. IPE informó que, según la clasificación del Banco Mundial, la clase media se ha reducido de 39% a 31% entre 2019 y 2021. En contraparte, la clase pobre aumentó de 19% a 23% y la clase vulnerable 4pp.
Lee también: Peruanos redujeron a más de la mitad consumo de pan por alza de precios
Sin embargo, algo que rescatan desde JP Morgan, es que los hogares han podido ahorrar en la pandemia, producto de la menor necesidad de gasto en prendas de vestir y viajes al trabajo. De hecho, el gasto real se elevó en salud, alquiler de vivienda y combustible en los últimos 2 años, en contraparte, el gasto en vestimenta, entretenimiento y alimentación fuera del hogar se redujo notablemente.
Dado que los principales mercados ya han experimentado caídas de dos cifras, el escenario principal no refleja nuevas caídas significativas de los activos de riesgo. En línea con este escenario macroeconómico, los beneficios empresariales en los mercados desarrollados deberían crecer ligeramente en 2022, aunque mucho menos de lo que se espera actualmente, y la resistencia de los márgenes será clave para las rentabilidades de las acciones.
«El empuje internacional ya no es tan fuerte como podríamos haber predicho a inicios de año, antes de la invasión rusa. Tenemos un contexto internacional más difícil. Las expectativas bajan porque la economía se moverá menos», señaló Macera. Y continuó diciendo: «No quiero ser alarmista, porque no estamos hablando de una recesión como la de 2008 o a 1929. Estamos hablando de una recesión técnica, de dos o 3 trimestres consecutivos de caída pero sí hay que tomarla en cuenta».
Por su parte, Karen Ward, Estratega sénior de mercados de EMEA, y Vincent Juvyns, Estratega global de mercados, llegaron a la misma conclusión para JP Morgan. «Nuestro escenario principal contempla que evitaremos una grave recesión mundial gracias, en gran parte, al apoyo fiscal y a un endurecimiento más gradual por parte de los bancos centrales en el segundo semestre del año», señalan en un reciente reporte.