Reinaldo Solari Magnasco (84) está dejando este año la vida activa en el mundo de los negocios. El presidente de Falabella está realizando un proceso de desvinculación de las sociedades a través de las cuales tiene participación en el retailer y todo anticipa que el paso siguiente será dejar la presidencia del mayor operador comercial en el país.
El punto de partida de este camino lo dio a principios de año, cuando modificó las sociedades San Vitto, Barolo, Sangiovese, Brunello, las inmobiliarias Tiberio y Tiberio Dos y Megeve Consulting. Todas ellas conforman el grupo San Vitto, a través del cual Solari junto a su familia controlan el 11,94% de Falabella.
El empresario les entregó la administración de todas estas sociedades a sus tres hijos y a uno de sus más cercanos colaboradores. La modificación de la sociedad de Inversiones Barolo, protocolizada ante notario el 5 de febrero, establece como únicos administradores de la entidad a Piero Solari, Sandro Solari, Carlo Solari y Alberto Gary, “quedando sin efecto la designación y forma de actuación que se establecía hasta la presente modificación estatutaria respecto de don Reinaldo Solari Magnasco”.
El cupo vacante en la mesa directiva será ocupado por uno de sus tres hijos. “Sandro está 100% en Sodimac, sería difícil por la duplicidad de roles, y Carlo guarda un estricto bajo perfil, por lo que debería ser Piero quien asuma ese rol”, dice un director de Falabella. El primogénito de Reinaldo Solari tiene experiencia en estas lides, pues fue el presidente de la sanitaria Aguas Nuevas, compañía que adquirieron en conjunto con las otras cuatro ramas de la familia controladoras de Falabella (Juan Cuneo y las hermanas Liliana, Teresa y María Luisa Solari) y que vendieron en 2008 en cerca de US$ 350 millones.
Solari junto con su sobrino Juan Cuneo son reconocidos como los grandes artífices de la expansión orifinal de Falabella, cuyo corolario fue la decisión de fusionarse con la familia Del Río y sumar al portafolio a Sodimac, además de la apertura a Bolsa y la incursión en países vecinos. Así, la firma pasó de tener una tienda en el centro de Santiago a ser un retailer con 70 tiendas distribuidas en Chile, Argentina, Colombia y Perú, más 101 tiendas Sodimac, sumado al negocio financiero, el banco, supermercados Tottus, la participación accionaria en Mall Plaza y agencia de viajes.
Dentro de la exitosa trayectoria, tal vez el episodio más complejo es la fallida fusión con D&S, operación que finalmente no fue aprobada por el Tribunal de la Libre Competencia.