Ser mujer y estar en el mundo del emprendimiento implica romper paradigmas. Eso lo sabe bien Marina Bustamante, fundadora de la reconocida marca peruana Renzo Costa. La empresaria es un claro ejemplo de superación y perseverancia, pues sus orígenes humildes nunca fueron impedimento para lograr su sueño de fundar un imperio del cuero, que hoy cuenta con más de 65 tiendas a nivel nacional. Esta es su historia.
Cuando era niña, Marina visitó la casa de su abuelo, y un olor fuerte y desconocido llamó su atención. Venía de un pozo donde él curtía cuero. “Ese aroma quedó impregnado en mi memoria”, dijo alguna vez la empresaria, quien asegura que ese fue el inicio de su historia como emprendedora.
Proveniente de una familia de escasos recursos de Barrios Altos, Marina inició su negocio con tan solo 16 años fabricando correas de cuero. Según el portal oficial de la empresa, sus primeros pasos como negociante los dio con una máquina de coser que consiguió gracias a los S/ 600 que le prestó su padre.
Durante esta época, también ingresó a la Universidad Nacional Mayor de San Marcos (UNMSM) para estudiar la carrera de Psicología. Así, participaba de forma activa en sus clases universitarias sin descuidar su negocio personal.
El éxito de su emprendimiento le permitió abrir un local en la cuadra 8 del jirón de La Unión, cuando tenía apenas 20 años de edad. El alquiler le costaba US$ 1.000 al mes, pero esto no fue impedimento para seguir con su iniciativa.
“El primer alquiler me costó US$ 1.000. Yo no tenía ese monto, pero me presté de todo el mundo. Yo trabajaba haciendo cinturones de cuero por lo que tenía un capital. El resto me lo prestaron mis hermanas, porque ellas siempre confiaron en mí”, aseguró Marina, en declaraciones que recoge el diario La República.
Por aquellas años, también dio a luz a su primer hijo, Renzo Costa. Es así que decidió colocarle el nombre de su bebé a su empresa. Era 1973 y en sus inicios, la marca vendía carteras, pero luego amplió su catálogo a otros productos.
Debido a la gran acogida que tuvo la tienda, contrató personal y al poco tiempo compró un local en la cuadra 5 del mismo Jirón de la Unión. Ahí es cuando decide viajar a Argentina y traer modelos de casacas de cuero para incursionar en este rubro. Todo iba viento en popa, sin embargo, Marina y su familia decidieron irse a Chile debido a que el país pasaba por momentos inseguros. Allí abrieron locales Renzo Costa teniendo también una gran acogida.
Tras varios años, regresan al Perú y continuaron abriendo más locales en diversos lugares del país. Según relató, desde muy pequeña, Bustamante fue autodidacta y entusiasta por aprender del mundo de la moda. Esto le permitió innovar y producir nuevos artículos elaborados a base de cuero como billeteras, carteras, zapatos, mochilas, maletines, perfumes, accesorios, entre otros.
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Afrontó tiempos difíciles
En 1997, el Perú se vio afectado por el fenómeno de El Niño. Esto influyó de forma negativa en su negocio. Incluso Bustamante llegó a preguntar a la Sociedad Nacional de Industrias sobre el proceso de venta de su negocio. Sin embargo, al final decidió no venderlo.
Para sobreponerse a la crisis, viajó a provincias a fin de ofrecer sus productos. También alquiló los lobbies de hoteles de las diferentes regiones que visitó para promocionar sus artículos a los turistas. De esta manera, pudo afrontar la crisis económica que padeció su compañía por aquellos años.
“Ese fue el momento más difícil que tuve que pasar. Hasta queríamos rematar la marca. Pero lo que hicimos fue convertirlo en oportunidad porque decidimos incursionar en billeteras y accesorios”, contó Marina. Y así continuó la marca Renzo Costa expandiéndose con locales en Plaza San Miguel, Jockey Plaza y exportaciones a EEUU, Alemania, Holanda.
La llegada de la COVID-19 ha sido otro de los contextos que la marca ha tenido que afrontar. De acuerdo con Forbes, la pandemia generó una contracción del 55% de sus ventas en 2021 con relación a 2019.
También se vieron en la necesidad de reducir su personal. Adicional a esto, potenciaron su tienda virtual, la cual comenzó a operar desde 2016. Hasta el año pasado, su canal online representa el 10% de sus ventas.
“No hay que asustarnos frente a las dificultades siempre hay que ser perseverantes teniendo confianza en uno mismo”, cuenta la exitosa empresaria.