Ante las nuevas restricciones para contener la segunda ola de la pandemia, las cadenas de comida rápida adaptan sus sucursales en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) con mesas en espacios al aire libre, como veredas y estacionamientos, dada la imposibilidad de abrir sus salones cubiertos debido a las recientes disposiciones.
Los locales ubicados en shoppings sólo están habilitados, por el momento, a funcionar con apps para delivery. El take-away corta a las 19 horas. Pero la restricción horaria no rige para las entregas a domicilio, que se extienden hasta alrededor de las 23 horas.
En este escenario, los principales jugadores del negocio de fast-food ponen en marcha estrategias para evitar una nueva caída de las ventas, como ocurrió al inicio de la cuarentena el año pasado, cuando el desplome llegó al 70%, según fuentes del sector.
Entre las propuestas que lanzaron para tentar al público en el actual contexto, se encuentra la posibilidad de realizar pedidos desde las apps de las mismas marcas, la implementación de delivery propio y el lanzamiento de promociones.
McDonald’s
Arcos Dorados, el mayor franquiciante de McDonald’s en América latina y la Argentina, incorporó entregas gratuitas a domicilio mediante delivery propio, que se suma a las opciones de envío existentes, a través de las plataformas Rappi, PedidosYa y Wabi.
“El objetivo es generar una experiencia rápida y segura. Desarrollamos un servicio propio de compra y envío, McDelivery Directo, que ya se encuentra disponible en la Ciudad y el Gran Buenos Aires.
En poco tiempo, se lanzará en otras localidades del país. Se accede a través de la app, utilizada por más de 9 millones de usuarios, y funciona según los horarios de cada sucursal, acorde a las restricciones”, explican desde Arcos Dorados Argentina.
Además, la cadena ofrece la posibilidad de comprar desde su aplicación móvil de forma anticipada. Se puede retirar el pedido una vez que ya está listo desde el auto a través de AutoMac o por mostrador mediante take-away.
“Por la app, ahora se puede comprar y avisar en qué momento se retirará el paquete, seleccionando la modalidad deseada y minimizando el contacto físico”, afirman desde la marca.
Otra novedad es el lanzamiento a nivel nacional del nuevo packaging por tiempo limitado para quienes hagan sus compras desde medios de movilidad como bicicletas y motos por AutoMac. “Fomentamos estas nuevas formas de movilidad. Este lunes, presentamos un nuevo packaging para quienes se acerquen en bici, moto, skate u otra alternativa de transporte”, precisan.
Burger King
En línea con su competidora, Burger King renovó su “oferta base” (el producto más barato, la “entrada de línea”), con dos hamburguesas con queso a $ 199. Durante “la semana de la papa frita”, del 19 al 25 de abril, comprando desde la app, todos los locales del país ofrecerán 2×1 en papas regulares. Además, comprando un Whopper van unas papas regulares de regalo. Y para completar la oferta, dos papas ciboulette se consiguen a un precio promocional de $ 249.
La cadena, gerenciada en el país por la operadora mexicana Alsea, actualmente trabaja junto a PedidosYa y Rappi, y planea incluir delivery propio en su app en breve. “Nuestro rol es entender los cambios y anticiparnos a lo que viene. Continuaremos aplicando innovación y agilidad. Próximamente, sumaremos descuentos y beneficios exclusivos”, adelantan desde la compañía.
Mostaza
Por su parte, Mostaza cuenta con 148 locales en el país. Si bien un tercio se encuentran en centros comerciales, casi la mitad del total están fuera de AMBA, donde las restricciones son menores. En los últimos días, cobró relevancia el delivery, canal que ya representa un 25% de sus ventas. La cadena también lanzó promos exclusivas para take-away.
“A diferencia del año pasado, las restricciones no nos toman por sorpresa. Sabíamos, casi con seguridad que, en algún momento, se iban a dar. Tenemos profesionalizados nuestros servicios de entrega a domicilio y retiro, dos aliados en este contexto. Nos apalancamos en ambos, sobre todo, en las sucursales que no cuentan con espacios de consumo outdoor”, sostiene Pablo de Marco, director de Expansión y Desarrollo de Mostaza, y añade que, además, avanza la instalación de terminales de self-service.
Para Degasa, el grupo dueño de KFC y Wendy’s en la Argentina, el cierre de salones le implicó perder el 70% de la facturación tras las nuevas restricciones. De las 29 sucursales que la empresa tiene en el país entre ambas cadenas, 27 se encuentran en AMBA y 15 en centros comerciales. Todas hacen delivery, a excepción de la del Shopping Soleil.
“Hacemos envíos con todos los agregadores de delivery y desarrollamos apps propias para ambas marcas, que funcionan de manera permanente en la mitad de las sucursales y en otras de manera limitada durante los momentos de mayor demanda, como en los fines de semana y horarios nocturnos”, expresa Bordón.