Este documental que se encuentra en Netflix explora el abuso que ocurre en la industria agrícola norteamericana.
Food Chains es un documental que ilustra la difícil situación de los trabajadores agrícolas en todo Estados Unidos.
Durante más de una década, grupos agrícolas como la ‘Coalition of Immokalee Workers’ (CIW) han organizado protestas contra la cadena de supermercados Publix, pidiendo un centavo adicional por libra de tomates para ayudar a poner fin a la explotación de los trabajadores.
Este interesante trabajo usa imágenes encontradas para ubicar el estado actual del trabajo agrícola dentro del contexto de la historia. Incorpora extractos de Martin Luther King Jr., Robert Kennedy y el movimiento por los derechos civiles; cobertura de noticias de César Chávez, Dolores Huerta, y su lucha con la Asociación Nacional de Trabajadores Agrícolas (NFWA) para mejorar las condiciones en las granjas en la mitad del siglo.
Lo más notable es que cuenta con clips del documental de Edward Murrow, “La Cosecha de la Vergüenza”, que expuso las horribles condiciones experimentadas por los trabajadores migrantes justo después del Día de Acción de Gracias en 1960.
El costo de la agricultura ha aumentado dramáticamente en los últimos 30 años, pero el costo del mercado para los tomates sigue siendo el mismo, reduciendo drásticamente los beneficios de los agricultores.
Por ello, es que el grupo de trabajadores decide orientar sus esfuerzos hacia la cadena minorista, ya que el recolector promedio se lleva a casa menos de US$ 12,000 al año mientras que los supermercados son una industria de US$ 4 billones de dólares por año. Ahí es donde entra el centavo adicional por libra.
Gracias a dicha iniciativa, los restaurantes de comida rápida y las cadenas de supermercados, desde McDonald’s, Taco Bell y Burger King hasta Trader Joe’s, Walmart y Whole Foods Market se inscribieron en el programa.
Sin embargo, después de las protestas y las huelgas de hambre frente a las oficinas centrales de Publix, este no cedió a las solicitudes de los activistas para que la cadena de supermercados se una al Programa de Comida Justa.
A pesar de ello, el CIW ha podido frenar el abuso de dos maneras: generando un centavo adicional por libra de tomates para aumentar los salarios de los trabajadores, y a través de un código de conducta por parte de los minoristas, llamado ‘Programa de Alimentos Justos’, para garantizar que los retailers no compren en granjas con violaciones de derechos humanos.
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