El retailer chileno Ripley tomó la decisión de salir de Colombia luego de que en septiembre del año pasado se conociera que la compañía estaba evaluando su permanencia, esto fue motivado por el pobre desempeño que tenían en ese país.
Por ese motivo, Ripley fijó el cronograma de cierre de sus locales en Colombia, lo que se haría de manera paulatina, luego que hace casi una semana la empresa ligada a la familia Calderón anunciara el cierre de su operación en el país cafetero, al que había ingresado en 2013.
Según detalló la empresa en un documento que envió a sus clientes, el 19 de marzo cerrarán las tiendas ubicadas en Bogotá (Centro Mayor), Bucaramanga y Medellín; hasta el 18 de abril funcionarán los locales de Villavicencio y Neiva; mientras que la tienda por departamento ubicada en el Centro Comercial Calima, en Bogotá, bajará su cortina el 18 de mayo.
Bajo este escenario, los despidos serán inminentes en la empresa, a medida que se concrete el cierre de locales. Según la memoria 2014, Ripley tiene 1.148 personas en ese país.
Por otra parte, Ripley llamó a la “tranquilidad” a sus clientes que poseen la tarjeta Visa con la casa comercial e insistieron que el producto estará respaldado por el Banco Popular. Eso sí, dicha operación aún está sujeta a la aprobación de la autoridad regulatoria en Colombia.
“Por ese motivo, no se verán afectadas las condiciones del producto que usted tiene con nosotros, así que los plazos y tasas pactadas en el momento de realización de sus transacciones no serán modificados”, dice el documento que firma Rafael Herrera, gerente general de Ripley Compañía de Financiamiento.
Además, para liquidar el stock de productos disponibles, el retailer chileno Ripley ha estado poniendo una serie de ofertas a través de su sitio web. Ahí se han visto ofertas de 30%, 40% y hasta 50%, dependiendo la categoría del producto.
ESCENARIO NEGATIVO
De acuerdo a los estados financieros del tercer trimestre de 2015, las ventas del retail fueron de $ 7.956 millones, con una leve alza de 2,8%, que se explicaba en parte por la apertura de la tienda en Medellín.
Pese a que el negocio financiero estaba comenzando a dar cifras azules, logrando por primera vez una utilidad de $ 57 millones, la operación en ese país dio una pérdida de $ 3.018 millones el tercer trimestre, cifra inferior a los $ 4.197 millones del mismo lapso de 2014.
Pese a las cifras negativas, la compañía en esa fecha insistió en que continuaban enfocados “en el fortalecimiento de los indicadores y en aumentar la penetración de los ingresos en Colombia”.
De todos modos, ya en la memoria del año 2014, la empresa había advertido como un riesgo la situación económica del país cafetero.
“Si bien el potencial del negocio en ese país es muy grande, dado el tamaño y el crecimiento esperado, cambios negativos en los indicadores de crecimiento, inflación y empleo podrían afectar los resultados”, había explicado la firma.