En un restaurante de Irak, los meseros son quienes atraen la atención de los clientes, pero no solo por su buen servicio, sino porque se tratan de mozos robots.
El restaurante llamado “White Fox” se ubica en la segunda ciudad más grande de Irak, Mosul, y se ha convertido en una verdadera atracción turística. Cientos de personas lo visitan a diario para vivir la experiencia de ser atendidos por un mesero robot.
“Mosul necesita cosas como esta de buena gente, ahora que tenemos algo de seguridad y estamos a salvo del grupo terrorista Estado Islámico”, dijo Ahmad Khyary, uno de los clientes.
Ese grupo, identificado como terroristas, devastó la ciudad entre los años 2014 y 2017, tras autoproclamar el califato, pidiendo lealtad de todos los musulmanes, desde esta ciudad, ubicada al norte del país y donde habitan poco menos de millón y medio de personas, haciendo este el cuarto territorio más poblado del país.
Pero esta iniciativa de jóvenes locales llega como un símbolo de resiliencia y del regreso de la vida.
“Como estudiantes y graduados del departamento de ingeniería de la Universidad de Mosul, pensamos en entrar al sector privado porque no hay más empleos públicos. Pensamos en hacer algo único. Había muchos restaurantes y cafeterías, y tuvimos que pensar en una idea diferente. Así es como se nos ocurrieron los robots”, señaló Burhan Ani, Co-fundador de White Fox.
Y aunque la iniciativa de trabajar con robots no es la primera en el mundo, sí fue la primera en su ciudad, y de echo en el país.
“Estamos brindando servicios únicos aquí. Primero, están los robots. En segundo lugar, hay mesas interactivas que permiten a los clientes pedir comida, jugar y conectarse a Internet. Esto les permite divertirse mientras esperan la comida “, señaló Rami Shukur, administrador del restaurante.
La creatividad de su negocio ha atraído a comensales de diferentes partes del país, quienes no solo celebran la creatividad de estos jóvenes emprendedores sino que también se divierten con los robots.