Por la “operación militar especial” de Vladimir Putin contra Ucrania, las grandes multinacionales han tomado la decisión de paralizar sus negocios en territorio ruso. Y cuando ya han pasado 3 meses de la guerra, otras cuantas han declarado su retirada definitiva. Ante este escenario, Rusia prepara ley para adueñarse de las empresas occidentales que decidan irse.
El gobierno ruso avanza en una nueva ley que le permitirá tomar el control de los negocios locales de marcas extranjeras. A ello se le debe sumar que hace unas semanas decretó que las empresas locales podían importar bienes ‘pirateados’ sin problemas legales. También se puede agregar a la lista de intervenciones rusas, a los ’emprendedores’ que han aprovechado el hueco que dejaron algunas empresas para posicionar sus marcas.
Esta medida podría entrar en vigor en unas semanas, y le otorgará a Rusia amplios poderes para intervenir cuando exista una amenaza para los empleos o la industria local. Ello dificultaría que las empresas occidentales se desenreden rápidamente a menos que estén preparadas para recibir un gran golpe financiero.
La medida toma fuerza luego de que las empresas más grandes del mundo cortaran todo lazo con el país. Los principales del rubro gastronómico como McDonald’s y Starbucks anunciaron en la última semana su salida definitiva, mientras que otros como Burger King no pueden por problemas con los franquiciados locales. Otro que la pasa mal es IKEA sin poder retirarse por completo.
Rusia prepara ley para intervenir empresas extranjeras
Lo preciso del proyecto es que Rusia tendría la potestad de designar administradores en empresas en las que al menos el 25% de las acciones están en manos extranjeras. Asimismo, Establece una amplia gama de criterios para la intervención, como cuando una empresa desempeña un papel fundamental como empleador local o proporciona servicios importantes. Deja en claro que el estado puede justificar tomar el control por muchos motivos.
Una vez el administrador es designado por el estado, se le permitiría vender el negocio confiscado, mientras que a sus antiguos dueños se les prohibiría hacer negocios en Rusia. Quienes deciden a quién poner a cargo sería un tribunal o el Ministerio de Desarrollo Económico, así como el banco de desarrollo ruso VEB.
El proyecto de ley pasó su primera lectura en la cámara baja del parlamento, o Duma, esta semana. Sin embargo, aún enfrenta dos lecturas más y una revisión de la cámara alta antes de que el presidente Vladimir Putin lo promulgue. Eso podría tomar varias semanas. El Ministerio de Economía de Rusia dijo que elegiría empresas solo en “casos críticos” en los que fuera necesario proteger la producción o los puestos de trabajo.
‘Salida de empresas extranjeras es para bien’
Por su parte, el presidente de Rusia, Vladimir Putin, sostuvo hoy que la salida de algunas empresas extranjeras del mercado ruso “pueden ser para bien”. Durante su intervención telemática en el Foro Económico Euroasiático, que se celebra en Biskek, dijo: “Muchos de nuestros socios de Europa, por ejemplo, anunciaron su salida. Si miramos a las (empresas) que se van, puede ser para bien”.