Con el objetivo de beneficiar a decenas de escolares que caminan diariamente para asistir a sus colegios, voluntarios de Rust Oleum y Baika viajaron a zonas muy alejadas de la región de Cangallo en Ayacucho. Los beneficiados en esta ocasión fueron los alumnos de los colegios Pedro Cárdenas Orozco en la comunidad de Ñuñunhuaycco y la institución educativa de nivel secundario ubicado en Quispillacta, quienes todos los días deben caminar hasta un poco más de tres horas por tramo para llegar a sus clases.
Fueron más de 3 meses de trabajo, para luego enrumbarse en un viaje que se prolongó por varias horas, pero con grandes resultados. La “aventura” comenzó el sábado 9 de julio, donde un total de 6 voluntarios llevaron más de 47 bicicletas las cuales permitirán que niños y niñas de dicha comunidad tengan mayor facilidad en el traslado de sus casas hasta sus respectivos colegios. Pero eso no es todo, ya que también se entregaron a los escolares cascos de protección, cuadernos hechos con hojas recicladas y kits con herramientas y repuestos para sus bicicletas, todo vinculado en contribuir a una mejor educación.
Esta donación se hizo realidad gracias al trabajo previo de un grupo de voluntarios en Lima, quienes arreglaron, pintaron y realizaron todo el mantenimiento a las bicicletas donadas que recolecta Baika para luego dejarlas como nuevas y entregarlas a quien más las necesite.
En esta labor, Rust Oleum cumple una función importante, pues gracias a la donación de las pinturas en aerosol especializadas, las bicicletas pudieron ser pintadas, mejorando así su apariencia final. “Nos enteramos de este gran trabajo que realiza Baika y no dudamos en sumarnos. Ellos recolectan bicicletas, las reparan, las dejan totalmente operativas para luego donarlas a niños y adolescentes que deben caminar por horas para trasladarse a sus centros educativos”, comentó Grace Gastulo, Marketing Leader de Rust Oleum.
Como complemento a la actividad, Rust Oleum, además de donar la pintura para las bicicletas, capacitó a gran parte del voluntariado de Baika, para que puedan utilizar el producto de manera adecuada. “La capacitación era una parte importante del proceso, ya que, al ser una pintura especial, era importante que los voluntarios sepan cómo aplicarla y los beneficios que la pintura iba a brindarle a las bicis, además de la parte estética”, agregó la especialista.
Para Grace Gastulo la experiencia que vivió durante la entrega de las donaciones, fue única y conmovedora. “Los niños nos esperaron cargando carteles de agradecimiento, muy emocionados por sus bicicletas. En realidad, más que la entrega de cosas materiales, lo que nos llevamos es el tiempo que compartimos con ellos jugando o incluso enseñándoles a mejorar sus técnicas de manejo. Estos momentos valen oro”, detalló. Además, los voluntarios pudieron conocer e interactuar con los padres de familia de ambas comunidades, quienes los acompañaron durante toda la jornada de trabajo.
Es importante recordar, que, con esta última entrega, Baika logró sumar más de 1600 bicicletas entregadas desde su creación en el 2017, y su objetivo es seguir contribuyendo con la educación en el país. “De esta manera seguimos comprometidos con nuestro propósito, permitiendo a niños y adolescentes el acceso facilitado a sus escuelas a través de la bici, como medio de transporte”, indicaron representantes de Baika.