Sanamakina es el primer dispensador de frutas frescas, ensaladas, galletas integrales y barras energéticas que se puede encontrar en el Perú.
Estos dispensadores importados refrigeran los alimentos y los mantienen frescos. No caen como sucede en un común dispensador de snacks o gaseosas, sino que luego de pagar con monedas se abre el espacio que contiene a los productos.
La belga Kristina Veleva tuvo la idea de crear un dispensador que venda frutas en lugar de golosinas, con lo cual supo capturar la atención de las áreas de recursos humanos diciendo que deberían prevenir enfermedades en sus trabajadores.
De esa forma, tener una de estas máquinas es también una acción de responsabilidad social de las empresas con sus empleados.
Kristina, además, asume este negocio como un compromiso personal. En su familia ha habido muchos casos de diabetes, pero ella que estudió Nutrición y Negocios Internacionales no tiene problemas.
“Quizá haríamos más plata si vendiéramos gaseosas, pero esa no es la idea”, explica.
Sanamakina es un dispensador que vende frutas en lugar de golosinas, por lo que según indica Veleva a El Comercio, mejorar la dieta es un tema clave para la salud de los trabajadores, pero normalmente uno no cuenta con una oferta de alimentos sanos dentro de la oficina.
Buena demanda
Los dispensadores de Sanamakina están ahora en oficinas, clínicas, universidades y pronto en colegios. Para mitad de año se espera haber colocado más de cien dispensadores.
Reposición rápida
En un día al menos se hacen dos reposiciones de los productos que contienen las máquinas. La mayor venta se da en la hora del desayuno. Las frutas cambian por temporadas pero generalmente son manzana y mandarinas porque son de fácil consumo.
Su precio es de S/.1,5. Las galletas cuestan S/.4 y las barras energéticas S/.2,5. El precio máximo es S/.4,5 por sánguches vegetarianos.
Innovación
Estos dispensadores existen en otras partes del mundo, pero no contienen alimentos saludables exclusivamente, sino que en una misma máquina hay manzanas, con chocolates y papitas fritas.
Esta propuesta es más amplia y su expansión es rápida a otros lugares y públicos (por ejemplo niños, con colores y formas más llamativas) por lo que ha sido respaldada por Start-Up Perú al ser una empresa innovadora y que brinda soluciones a un problema real: la mala alimentación.
Una start-up diferente
Sanamakina fue uno de 23 proyectos ganadores del financiamiento del programa Start-Up Perú en su primera convocatoria del año pasado.
Participó en la categoría de emprendimientos dinámicos y de alto impacto que recibe como máximo S/.137 mil.
La intención de Kristina Veleva es automatizar más el servicio y desarrollar nuevos productos saludables y exclusivos para sus máquinas (por ejemplo, para personas diabéticas o celíacas). Para eso contará con la asesoría de Bioincuba, de la Universidad Cayetano Heredia.
Todos los productos en SANAmakina buscan poner a tu alcance una alimentación saludable, libre de cualquier química como preservantes, colorantes y saborizantes, que sirvan para mejorar la salud: ayudar a eliminar el colesterol malo de tu sangre, proveer nutrientes, prevenir enfermedades, mantener tu línea, etc.
Además, este año espera tener todo listo para expandir su negocio a otros países. Colombia podría ser el próximo destino.
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