En su último reporte, la agencia S&P Global Ratings rebajó la perspectiva de Perú de ‘estable’ a ‘negativa’ ante la agravada crisis política y las protestas en varias regiones del país. Advierte mayores riesgos para la solvencia soberana debido al estancamiento político y una relación desafiante entre el Ejecutivo y el Legislativo.
Aun así, la agencia mantuvo las calificaciones soberanas de largo plazo en moneda extranjera y local en ‘BBB’ y ‘BBB+’, respectivamente. La perspectiva negativa indica “una posibilidad entre tres” de una rebaja después de nuestra revisión de la trayectoria política del país y su posible impacto negativo en los resultados de la política económica.
“La forma en que ocurrió el más reciente cambio de poder en el Perú refleja un mayor estancamiento político y aumenta los riesgos por delante”, sostuvo la agencia. Como recordaremos, el pasado miércoles 7 de diciembre a horas de la mañana, el entonces mandatario Pedro Castillo anunciaba la disolución del Congreso ante una eventual vacancia de su cargo por incapacidad moral. Y alrededor de las 3 de la tarde, tras la destitución de Castillo, juramentó Dina Boluarte como presidenta.
Argumentos de S&P Global Ratings
La decisión de S&P refleja una mayor posibilidad de que rebaje las calificaciones crediticias de Perú. Ello debido al impacto que la inestabilidad política genera para la política económica y el crecimiento. Cabe recordar que otra agencia calificadora, Fitch Ratings, puso en negativa la perspectiva de Perú en octubre último, por el riesgo para la economía que generaba la inestabilidad política e incapacidad del gobierno.
“Podríamos bajar las calificaciones un escalón si un estancamiento político prolongado o más acontecimientos adversos reducen la previsibilidad de la formulación de políticas o empeoran la estabilidad institucional, lo que es un mal augurio para los resultados de la política económica”, apuntó S&P en su informe.
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La agencia también advirtió que, independientemente del nuevo liderazgo, la fricción entre las instituciones gubernamentales continúa amenazando el crecimiento y los fundamentos de Perú. “Amenaza con debilitar la capacidad del gobierno para implementar políticas oportunas que respalden una sólida inversión privada y un crecimiento económico”, sentenció S&P.
El cambio de la perspectiva se produjo en el quinto día de fuertes protestas sociales en el país, que reclaman por el adelanto de elecciones, el cierre del Congreso y la renuncia de la presidenta Boluarte. A la fecha, las protestas han dejado un saldo de siete personas fallecidas, 36 vías bloqueadas en ocho regiones, y provocaron el cierre de los aeropuertos de Arequipa y Andahuaylas.
Más temprano, Fitch Ratings alertó que la nueva crisis política que vive el país “plantea riesgos económicos y fiscales negativos y prolonga la incertidumbre”. Asimismo, puntualizó que la crisis agrava el entorno profundamente polarizado que ha erosionado la gobernabilidad y estabilidad del país en los últimos años.
¿Cómo afectaría a la economía de los peruanos?
Los expertos señalan que una rebaja en la calificación afecta la confianza de los agentes para invertir, lo que implica que se vea afectado el crecimiento del país en el mediano plazo.
Ante una reducción en el crecimiento de la economía y en la confianza empresarial, también se generaría un impacto negativo en la generación de empleos, lo que finalmente implicaría que los peruanos tengan menos ingresos.