Spirit Airlines, la aerolínea de bajo costo con sede en Dania Beach, Florida, anunció oficialmente su declaración de bancarrota bajo el Capítulo 11, marcando un punto crítico en su historia.
La compañía, que alguna vez fue pionera en ofrecer vuelos de ultra bajo costo en Estados Unidos, enfrenta serios desafíos financieros tras años de pérdidas continuas, intentos fallidos de fusión y el peso de vencimientos de deuda inminentes. Sin embargo, en medio de esta crisis, Spirit afirmó que sus operaciones continuarán con normalidad, asegurando que los vuelos, reservas y ventas de boletos no se verán afectados.
Reestructuración financiera y plan de acción
Spirit Airlines ha implementado un plan de reestructuración respaldado por la mayoría de sus tenedores de bonos. Este incluye medidas drásticas para recortar costos y mejorar su flexibilidad financiera. Entre las acciones más significativas destaca la venta de 23 aviones, lo que generará ingresos aproximados de $519 millones de dólares. Asimismo, la aerolínea proyecta reducir sus costos anuales en $80 millones mediante ajustes operativos, que incluyen una reducción de su plantilla de empleados en línea con las proyecciones de vuelos para 2025.
A pesar de estos ajustes, Spirit asegura que continuará cumpliendo con sus obligaciones hacia sus empleados, proveedores y arrendadores. “Este proceso no afectará los salarios ni beneficios de nuestros trabajadores, ni tampoco la relación con nuestros socios comerciales”, destacó la compañía en un comunicado oficial.
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El declive de Spirit Airlines se agudizó en enero de este año, cuando la propuesta de adquisición por parte de JetBlue Airways, valorada en $6,600 millones, fue bloqueada por un juez en Boston debido a preocupaciones antimonopolio. Esta decisión no solo eliminó una oportunidad crucial de recapitalización, sino que también dejó a la compañía con limitadas opciones para manejar su deuda, que supera los $1,000 millones y enfrenta vencimientos a finales de diciembre.
La intensa competencia en el mercado estadounidense de aerolíneas de bajo costo y problemas técnicos con los motores Pratt & Whitney, que obligaron a la compañía a dejar varios aviones en tierra, también contribuyeron a su complicada situación financiera. A pesar de la fuerte demanda de viajes, Spirit acumuló pérdidas de $360 millones en el primer semestre de 2024, reflejando un modelo de negocio que, según algunos analistas, ya no resulta sostenible en un entorno postpandemia.
Aunque el anuncio de bancarrota ha generado preocupación entre los consumidores, Spirit Airlines asegura que continuará operando sus vuelos con normalidad, especialmente durante la crucial temporada navideña, cuando la demanda de viajes suele alcanzar su punto máximo. No obstante, expertos del sector, como Henry Harteveldt, de Atmosphere Research Group, advierten que es probable que la aerolínea ajuste su programación, reduzca rutas y disminuya su flota para adaptarse a su nueva realidad operativa.
El futuro de Spirit Airlines y el modelo de bajo costo
Spirit Airlines, fundada en 1964 como una empresa de transporte terrestre, se transformó en una aerolínea en 1983 y adoptó su modelo de ultra bajo costo en 1992. Su propuesta inicial, basada en ofrecer vuelos baratos a cambio de eliminar servicios como equipaje facturado o asignación de asientos, la convirtió en una opción atractiva para los viajeros con presupuestos limitados.
Sin embargo, la pandemia de COVID-19 y los cambios en las preferencias de los consumidores, quienes ahora valoran más la comodidad y la experiencia de vuelo, han puesto en entredicho la viabilidad del modelo de bajo costo. La situación de Spirit refleja un desafío más amplio para este segmento de la industria, en el que otras aerolíneas de bajo costo también enfrentan dificultades similares.