El avance de supermercados “low cost” como Aldi y Lidl está abriendo una brecha en el monopolio de las grandes compañías de distribución, como la propia Tesco o Sainsbury’s. Lo que ha llevado a estas últimas a emprender medidas de ahorro y despidos ante la caída de las ventas.
Por su lado Sainsbury’s, una de las grandes compañías de distribución alimentaria en Reino Unido, planea despedir a 800 trabajadores.
La firma británica ha indicado que estos despidos contribuirán a reducir costos por un importe de 500 millones de libras (698 millones de euros) en los próximos tres años.
Aseguran que esta decisión forma parte de una reestructuración de sus operaciones, ante las malas previsiones de negocio.
Por si fuera poco, a este anuncio se suma el que hizo un día después Tesco, en el que afirmó haber perdido casi 8.000 millones de euros durante el ejercicio pasado. Habiendo obtenido unos beneficios de 1.355 millones, el año anterior.
Supermercados ‘low cost’
Aldi y Lidl, que aterrizaron en el Reino Unido en los 90, han crecido el 22,6% y 15,1% en el último año, respectivamente, alcanzando una cuota de mercado del 4,8% y el 3,5%.
Otro de los competidores, el supermercado de alta gama Waitrose, ha crecido hasta alcanzar una cuota del 5,1%.
Sin duda, Sainsbury’s y Tesco, tradicionalmente líderes en Reino Unido, están sufriendo el desgaste causado por los bajos precios que ofrecen estas empresas con menos antigüedad en el sector.
Panorama de Tesco
La rebaja del valor de los inmuebles de Tesco se produce tras movimientos similares de sus rivales Sainsbury y Morrisons y refleja el deterioro de las condiciones del mercado de distribución de alimentación en el Reino Unido en los últimos años.
A pesar de las pérdidas anunciadas, las acciones de Tesco han subido el 1% a primera hora del día, al considerar los inversores que ha tocado fondo y que comenzará a mejorar.
No obstante, a media mañana, los títulos de la firma se situaban en terreno negativo, con una caída del 1,11%.
La pérdida contable, que también incluye gastos de reestructuración y amortizaciones de existencias, es una de las mayores en la historia empresarial británica.
El gigante de los supermercados británicos también se ha visto obligado a recortar el precio en los productos esenciales de la cesta de la compra como la leche, el pan y los huevos como parte de una guerra de precios de supermercados que ha afectado a los márgenes de beneficio.
“El mercado sigue siendo difícil y no esperamos ninguna tregua en los próximos meses”, dijo el nuevo presidente ejecutivo de Tesco, Dave Lewis.
El beneficio comercial de Tesco fue de 1.950 millones de euros, en línea con las indicaciones previas de la compañía, pero menos de la mitad de los 4.590 millones de euros del año anterior, lo que supone el tercer año consecutivo de declive.
La empresa reveló que tenía una deuda neta de 11.800 millones de euros y un déficit neto de sus planes de pensiones de 5.425 millones de euros. Se ha acordado aportar 375 millones al año al plan.
“La ironía es que Tesco está en el camino correcto. Pero hay un largo camino por recorrer todavía”, afirma el analista John Ibbotson de Retail Vision. “Este es el final oficial de la era Tesco”, añade.
Sin embargo, el nuevo jefe ejecutivo Dave Lewis dijo que la compañía había puesto punto final al pasado y que se empiezan a ver señales alentadoras. “Nuestra prioridad clara -y la que va a ofrecer un valor sostenible para nuestros accionistas- es mejorar constantemente para los clientes”, aseguró.