El Concejo aprobará un proyecto que dispone reemplazarlas por una versión estandarizada de bolsas de plástico de color negro y naranja en los supermercados.
Tendrán un costo en centavos aún no definido (se estima entre 25 y 40) y habrá cuatro cajas de cobro, que se denominarán “verdes”, para quienes lleven sus propias bolsas o elijan irse con los productos en la mano.
El proyecto busca que las bolsas rediseñadas sean más resistentes y grandes para reutilizarse como recipientes para residuos o bien para ir de compras al súper.
Según destacó la presidenta de la comisión de Ecología, María Julia Bonifacio (PRO), autora del proyecto, “ya era hora de reducir el uso indiscriminado que hacen los rosarinos de las bolsas de plástico”. Según datos de las cadenas de supermercados, en Rosario se utilizan entre 5 y 7 millones de bolsas de nylon por mes.
A partir de la aprobación de esta ordenanza, habrá bolsas con normas de calidad (Iram), de 45 por 50 centímetros, con mayor densidad y que se cobrarán entre 25 y 40 centavos para desalentar su uso.
Pero la iniciativa llega con un plus: articular la medida con el uso que la mayoría suele darles a estos envoltorios. “Las bolsas serán negras y anaranjadas y se utilizarán para la separación de residuos orgánicos y reciclables, respectivamente”, explicó.
“De esta manera concientizaremos a la población, potenciaremos la separación de residuos y eliminaremos los envoltorios que contaminan el ambiente, y cuya desaparición demanda unos 200 años”, puntualizó la edila.
El proyecto deja atrás la prohibición total de usar bolsas de plástico, porque en la ciudad hay al menos cuatro empresas que las fabrican y que aportan fuentes de trabajo. La norma alcanzará a todos los comercios de la ciudad, que tendrán un plazo de seis meses para adecuarse.
Las bolsas plásticas son un problema ambiental, porque son fabricadas a partir de petróleo, un recurso natural no renovable que se está agotando. Entre otros daños, contaminan afluentes y depósitos naturales de agua, incrementan las posibilidades de riesgos a padecer enfermedades cancerígenas (debido a compuestos químicos tóxicos que contienen algunos plásticos) y emiten gases tóxicos y venenosos al incinerarlas.
Además, una bolsa de plástico tarda entre 100 y 400 años en descomponerse y en algunos casos nunca lo conseguirá.
Bolsas de papel
El proyecto que se aprobará no contempla la posibilidad de reemplazar las bolsas plásticas por las de papel. Bonifacio explicó que las bolsas de papel o las biodegradables no son una ventaja.
“Para producir las de papel se requiere de la tala de árboles, con todo el daño que ello implica para el medio ambiente, y para las bolsas biodegradables se necesita un aditivo especial que no se produce en el país, lo cual lo convierte en técnicamente imposible”, declaró.
Destacó que la bolsa estandarizada se está aplicando en la ciudad de Buenos Aires, entre otras ciudades, y que su consumo en los supermercados ha mermado en un 50%. “Esto es un avance y una contribución muy positiva al medio ambiente, sobre todo cuando en Rosario el 60% del consumo de bolsas plásticas se da entre grandes cadenas de supermercados”, manifestó.
Esta normativa ya funciona en Córdoba, en provincia de Buenos Aires, Santa Rosa, La Pampa y en la ciudad de Santa Fe desde 2011.