Hasta ahora los supermercados y cadenas de alimentos estaban esquivando el impacto del comercio electrónico y la caída en ventas, pero la entrada de nuevos competidores como Lidl y Aldi, está sacudiendo el mercado norteamericano.
Según la consultora Nielsen, el cambio del comportamiento supone un riesgo a largo plazo para los supermercados si no se adaptan a los cambios. El negocio está planteado con un estrecho margen de beneficio para grandes compras por cliente.
Asimismo, los expertos alertan que se está gestando un impacto parecido al que viven cadenas como Macy´s o JC Penney en los supermercados y tiendas de alimentación.
“Es un momento que supone un desafío para el sector con un cambio de modelo que se producirá en los dos próximos años”, indica Jennifer Bartashus, analista de Bloomberg.
El desembarco de los supermercados alemanes (Lidl/Aldi) anticipa una guerra de precios a la baja para abrirse un hueco en el mercado que dañará a las firmas tradicionales como Walmart, Kroger o Target.
Los dos nuevos jugadores no tienen miedo a un contexto adverso del mercado ya que en España iniciaron su expansión en plena recesión económica con la fórmula de precios bajos y una gran eficiencia de costes y han terminando ganando cuota de mercado.
Para los propietarios de grandes superficies era mucho más atractivo invertir en supermercados que en centros comerciales.
“Se tenía la sensación que la venta de alimentos era impermeable a los cambios provocados por el comercio electrónico”, subraya James Cook, director de investigación de la inmobiliaria JLL.
Lidl tiene previsto abrir 20 locales en Virginia, Carolina del Norte y Carolina del Sur este verano y podría alcanzar los 630 establecimientos en los próximos seis años, mientras que Aldi que ya está instalado en EEUU tiene el objetivo de abrir entre 600 y 2.000 tiendas en los próximos años, refiere Kantar Retail.
Además, los expertos en consumo advierten de un cambio de hábito en los estadounidenses que prefieren hacer compras más pequeñas para ubicar alimentos frescos.
Es en ese ámbito donde el gigante tecnológico Amazon ha redoblado su estrategia para vender alimentos frescos y otros productos para el hogar.
Hasta ahora los supermercados estaban convencidos que los clientes necesitaban tocar el producto antes de comprarlo, pero la invasión de Amazon está demostrando que los consumidores están cambiando.
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