En los hogares argentinos se compra té, en promedio, cada 51 días, frecuencia que se acorta cuando se trata del nivel socioeconómico bajo inferior, donde la compra se realiza cada 41 días.
Según Kantar Worlpanel, quienes lo compran son familias numerosas con amas de casa de 50 años a más. De cada $ 100 gastados a los largo de un año en infusiones, $ 11 se destinan a té.
La producción de té en Argentina promedia las 60.000 toneladas, y el 80% se comercializa en el mercado externo. La provincia de Misiones, que concentra el 90% de la superficie implantada del país, es la zona más austral del mundo donde prospera este cultivo.
En la Argentina, la mayoría de las plantaciones de té se realizan a partir de semilla china o asámica, razón por la cual existe una considerable variación en las características de los cultivos.
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Es una categoría comprada por el 88% de hogares de este país en un año, y resulta superada únicamente por la yerba mate (que está presente en 97% de las familias argentinas), dentro del mundo de infusiones.
Actualmente, el té está segundo en el ranking de bebidas más consumidas del mundo, detrás del agua, y su historia se remonta a varios siglos. En la Argentina tiene un consumo per cápita anual de 200 gramos, según la consultora Kantar Worldpanel.
La costumbre de servir hojas de la planta del té (Camellia sinensis) para conferir un buen sabor al agua hervida se utilizó por primera vez en China hacia el año 250 antes de Cristo. Desde ese momento se ha expandido a casi todos los países del mundo.

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