Durante décadas en el Reino Unido las palabras Tesco y supermercado casi fueron sinónimos. Pero la compañía ha anunciado las mayores pérdidas de su historia en un ejercicio, 8.800 millones de euros, que son también las más gruesas que ha conocido el retailer británico.
La compañía inglesa paga la fuga de clientes a las cadenas de descuentos alemanas Lidl y Aldi y también de sus errores contables, con un escándalo a finales de 2014 por haber inflado sus beneficios.
Las tiendas de Tesco han perdido 6.500 millones de valor en sus libros de cuentas, lo que explica en parte los pésimos resultados, y ya tienen en planes cerrar 43 establecimientos comerciales. El beneficio comercial ha sido de 1.950 millones. El problema es que en 2013 había sido de 4.590 y el 2014 ha sido el tercer año de bajada. La deuda neta se eleva a 11.800 millones de euros.
“Nos espera un año muy duro”, ha reconocido Dave Lewis, el actual responsable de la firma.
Según refiere el portal ABC, parece haber comenzado el fin de la era Tesco. Hasta Warren Buffet, el inversor del ojo infalible, reconoció el año pasado que invertir en la cadena de supermercados de Reino Unido había sido un gran error.
Fuerte competencia
En algunas ciudades, apodadas incluso las Tesco Towns, despacha la mitad de los alimentos que se consumen allí. De un tiempo a esta parte, los consumidores británicos le achacan un empeoramiento de la atención al cliente. También la competencia aprieta.
Tesco se orienta a la clase media y media-baja y durante mucho tiempo su arma fue el precio. Hoy, en la gama inferior aprietan las competitivas cadenas alemanas de descuento, Aldi y Lidl, y por arriba se mide con Marks&Spencer y Waitrose, que ofrecen más calidad.
Además, en los supermercados de Tesco se percibe últimamente un cierto desaliño y desorden. También le hace daño el hecho de que está volviendo el gusto por el comercio de proximidad, a escala humana, y durante mucho tiempo Tesco hizo la apuesta contraria, la de los hipermercados colosales que obligan a acudir en el coche.
Un origen de novela
Hace más de noventa años, Jack Cohen, hijo de un sastre judío inmigrante en Londres, abrió la primera tienda bajo el rótulo de Tesco. Andando el tiempo construyó un imperio y llegó a ser Sir Jack.
La historia de su fundador, sir Jack Cohen (1898-1979), un londinense hijo de emigrantes judíos llegados de Polonia, es digna de una novela. Empezó de aprendiz en la modesta sastrería de su padre.
Luego batalló en la Primera Guerra Mundial, de donde retornó con malaria. Empezó en un puesto de un mercado del West End de Londres. Luego consiguió hacerse con más, empleando a toda su familia y trabajando todos los días de la semana.
En 1924 fundó Tesco, nombre que tomó de las siglas de la compañía que le servía el té, TE Stockwell, a las que añadió las dos primera letras de su apellido.
En 1939 poseía cien locales de Tesco y tras la Segunda Guerra Mundial viajó a Estados Unidos para copiar e implantar el nuevo sistema de autoservicio en los supermercados lo cual le permitió crecer y ser uno de los más importantes del mundo.