Para rentabilizar al máximo una tienda se necesita una buena estrategia de visual merchandising. Se trata de distribuir el producto en el espacio comercial de forma que el cliente quiera “leer” el máximo de tu oferta de producto, incentivarle visualmente hacia la interactuación y compra del producto y de forma que éste nos deje el mayor beneficio posible. Además de todo esto, no podemos dejar de mirar cómo evolucionan estas estrategias y hacia dónde va el mercado y las tendencias. A continuación unas claves para aplicar VM de forma exitosa ahora y a futuro.
Del branding al visual merchandising
Es necesario aplicar estrategias de visual merchandising desde la esencia de la marca. Crear espacios atractivos y sugerentes que no estén en línea con el mensaje y la idiosincrasia de una marca no hará más que confundir al cliente y distraerlo. Por eso creo muy necesario revisar o «crear marca» antes de lanzarnos a lograr algo creativo y llamativo sin más. El branding nos ayuda a definir y posicionar nuestro negocio, a gestionar sus valores y comunicarlos, a ocupar un lugar privilegiado en la mente de los consumidores. En esa definición previa se fundará toda acción visual y creativa en el punto de venta, de tal forma que trabajemos con todos los elementos en una sola dirección, la de conquistar al cliente de forma sutil y coherente.
Analizar, actuar y medir
Con frecuencia tendemos a pensar que el visual merchandising se basa principalmente en la apariencia estética de una tienda en cuanto a la disposición de su producto. Pero es también una estrategia comercial. Más ahora que nunca, debemos utilizarlo como herramienta para mejorar los resultados y las ventas. Es de vital importancia tener muy presente que se trata de colocar el producto de forma sugerente y para que se venda más y mejor.
Antes de dar lugar a cualquier producto, tenemos que pararnos a analizar si el escogido es el sitio más apropiado en relación con otras variables, como la totalidad del espacio del que se dispone, el precio del mismo, su uso, otros productos relacionados o la atracción que provoca en el cliente. Una vez decidida una ubicación estratégica y pasado un tiempo determinado, comprobaremos el resultado en número de ventas. Siendo constantes con estos pasos, aprovecharemos mejor cada zona de nuestra tienda con relación al producto, y ello también nos aportará información útil relativa a los gustos y preferencias de nuestros clientes.
Para lograr el éxito a la hora de implementar acciones de visual merchandising, debemos hacernos conscientes de que es una dinámica continua, que pasa por la experimentación y que nos llevará de forma progresiva a conocer mejor la rentabilidad de nuestro espacio comercial.
Innovación sí, pero adaptada
Incorporar las nuevas tecnologías en el punto de venta con el fin de lograr espacios modernos y atractivos es algo que ningún retailer puede ignorar a pesar de que sea relativamente fácil para algunos y más bien complicado para otros. Algunas tiendas ya tienen escaparates interactivos compuestos de pantallas u otros elementos en movimiento que funcionan según el comportamiento del espectador y que han demostrado ser un éxito por su capacidad de atracción. Constituyen una nueva forma de presentar el producto y de captar la atención del cliente.
El reto al que nos enfrentamos ahora es el de fusionar las nuevas y no tan nuevas herramientas de visual merchandising con el fin de lograr puntos de venta rentables. Debemos lograr un visual merchandising más interactivo y social, que contribuya a diluir las barreras on-/offline y que esté enfocado a generar experiencias de compra que involucren a las personas y los productos dentro y fuera del punto de venta.
No obstante, es importante tener en cuenta que cualquier integración de nueva tecnología debe tener sentido para la marca y sus clientes e incorporarse con el objetivo de dinamizar la tienda y promocionar el producto, y no estar sustentada en el simple hecho de innovar a través de la tecnología.
La tienda, más que nunca, herramienta de marketing
Progresivamente iremos accediendo a los productos que necesitamos a golpe de clic. Entonces, ¿qué deberá ofrecernos un espacio comercial para que nos tomemos la molestia de desplazarnos hasta él? Algo imposible de transmitir a través de un soporte digital.
La tienda cobra mucho peso como elemento de imagen, marketing y comunicación, donde una cuidada política y estrategia de visual merchandising será fundamental. Los puntos de venta tienden a convertirse en el buque insignia de la marca (conocidas como flagship stores), donde además de exponer un montón de productos que el cliente puede “echar al carro”, pagar y llevarse, podrá disfrutar de momentos únicos y experiencias que le unan a la marca.
La colocación del producto en tienda será cada vez más sencilla, estará más cerca del concepto de muestrario que del de almacén de mercancía. Sin embargo, deberá sorprender, atraer, ofrecer interacción y generar emoción. Por decirlo de alguna manera, el concepto de escaparate (ahora interactivo) se desplazará al total de la tienda.
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