Las restricciones y cambios impuestos por la pandemia obligaron a las empresas a una profunda reflexión para determinar si necesitan reconsiderar sus actuales modelos de negocio.
KPMG ha identificado tres tendencias globales que están afectando significativamente la manera de hacer negocios en Sudamérica.
1) EL GRADO DE ADOPCIÓN EN NUEVAS TECNOLOGÍAS
El grado de adopción de nuevas tecnologías se ha acelerado como nunca antes durante el período de pandemia, llevando a la industria hacia una transformación digital sin precedente que ha seguido un esquema fuertemente apoyado en métodos ágiles.
Según los resultados de la última encuesta anual realizada por KPMG a ejecutivos de todo el mundo (CEO Outlook, 2020), alrededor del 69% de los CEO de empresas minoristas aseguraron que planean invertir más capital en tecnología y procesos de digitalización con el objetivo de estar preparados para la coyuntura post-COVID-19.
2) LA EXPLOTACIÓN DE LAS PLATAFORMAS DIGITALES
Estas plataformas están generando una revolución en la industria del consumo a lo largo de toda su cadena de valor la contribución de este canal en los ingresos totales de la industria se disparó durante la crisis, haciendo que la mayoría de las empresas comenzaran a revisar sus estrategias comerciales, al principio por una necesidad de supervivencia y, en la actualidad, como parte central de su modelo de negocio.
Un estudio realizado por KPMG resaltó que los inversores están apostando y apostarán fuertemente a los modelos de negocio basados en plataformas, desde que están convencidos que dominarán el panorama empresarial futuro.
Con todo este proceso de transformación del entorno físico al virtual, otra tecnología que está en su cenit es la ciberseguridad. En paralelo al ritmo creciente de la adopción tecnológica, surge la necesidad de elevar las medidas de protección frente a las cada vez más comunes amenazas digitales, que pueden afectar tanto la operación del negocio como la confianza construida con los clientes.
Datos aportados por Datastream y S&P Capital IQ, el estudio encontró que, a pesar de que los márgenes de ganancia están fuertemente presionados, las empresas basadas en plataformas digitales disfrutan de ingresos medios que, en muchos casos, son entre 5 y 7 veces mayores a los observados en los modelos tradicionales.
Este hecho se ha transformado en una realidad global teniendo en cuenta el crecimiento experimentado por empresas como Amazon, Alibaba o Newegg durante 2020 a raíz de la pandemia.
Un ejemplo frecuentemente citado para América del Sur es el de Mercadolibre de Argentina, que durante la crisis sanitaria se convirtió en la empresa más valiosa de la región.
3) LOS NUEVOS MODELOS DE COOPERACIÓN Y ASOCIACIÓN ENTRE EMPRESAS
Las asociaciones entre distintos jugadores de un mismo mercado o, incluso, competidores, con oportunidades de generar beneficios para todas las partes involucradas y, especialmente, los clientes, ya forman parte de la nueva realidad y serán determinantes a futuro.
Estos “joint ventures” pueden fortalecer el segmento, mejorar el funcionamiento de la cadena de suministros frente a una mayor exigencia de los consumidores y, en última instancia, favorecer el desarrollo económico al aportar valor a todos los implicados en la relación de consumo.
Casos recientes que puede destacarse en la región de América del Sur, y que están relacionados al concepto de “strong together”, son los siguientes:
Americanas Mercado, una plataforma digital de logística y distribución lanzada recientemente en Brasil, y cuyo propósito es el de efectuar entregas rápidas (menores a las 3 horas) en compras realizadas en las plataformas de supermercados asociados (Makro, Sam´s Club y BIG).
De la misma forma, la asociación entre las empresas Grupo Arcor, de Argentina, e Ingredion Inc., de los EE.UU. (líder global en soluciones de ingredientes para el sector de alimentos y bebidas), y cuyo acuerdo establece la creación de un “joint venture” para apalancar sus operaciones, procesos y mejores prácticas, extendiendo la presencia geográfica y la oferta de ingredientes para la industria alimenticia en Argentina, Chile y Uruguay. La alianza comprende una facturación anual estimada en más de US$ 300 millones.
