Menos de dos semanas han transcurrido desde que Elon Musk adquirió Twitter por US$ 44.000 millones y ya advirtió, en la primera llamada masiva con los empleados, sobre la posible bancarrota de la empresa si no empieza a generar más efectivo. Esto ligado a que el magnate se enfrenta a la renuncia constante de altos ejecutivos, según informaron personas familiarizadas con el asunto a Bloomberg News.
Previamente, Musk había señalado que Twitter no podría “sobrevivir a la próxima recesión económica si no logra aumentar los ingresos por suscripción para compensar la caída de los ingresos por publicidad”, afirmaron algunas fuentes.
Si bien la compra eliminó a Twitter del escrutinio de los mercados públicos, Musk cargó a la compañía con una deuda de casi US$ 13 mil millones que ahora está en manos de siete bancos de Wall Street que no han podido descargarla a los inversores.
La deuda que asumió Twitter para financiar la compra de Musk lo está dejando con costos de intereses que, según una estimación, aumentarán a US$ 1.2 mil millones al año.
La confianza en la empresa se ha erosionado tan rápidamente que, incluso antes de los comentarios de Musk sobre la bancarrota, algunos fondos ofrecían comprar los préstamos por tan solo 60 centavos por dólar, un precio generalmente reservado para empresas que se encuentran en dificultades financieras.
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El aviso de la posible quiebra se produce en medio de un comienzo agitado del liderazgo de Musk en la compañía de redes sociales. En un corto periodo de su reinado ya ha despedido a la mitad del personal, sacó a la mayoría de los altos ejecutivos y ordenó al resto de los trabajadores que dejaran de laborar desde casa.
Más ejecutivos se van de Twitter
Ante esta situación de incertidumbre y la desconfianza sobre como Elon Musk llevaría las riendas de este negocio, otros altos ejecutivos de Twitter han decidido renunciar antes de ser despedidos.
Además, la social ha visto un retroceso de algunos anunciantes que están preocupados por los planes de moderación de contenido del magnate. También, los inversionistas de deuda y los calificadores de crédito están mostrando poca confianza.
Recientemente, según las fuentes del medio citado, el ejecutivo Yoel Roth, que hasta el jueves había surgido como parte del nuevo equipo de liderazgo de Musk, se fue. En su perfil de Twitter Roth se describió como “ex director de Confianza y Seguridad” en la empresa.
Asimismo, la principal ejecutiva de ventas de publicidad de la compañía, Robin Wheeler, también renunció. Pero Musk la convenció de quedarse y tal parece que aceptó, revelaron algunas de las personas que solicitaron el anonimato para proteger las relaciones personales y profesionales. “Todavía estoy aquí”, tuiteó Wheeler este jueves por la noche.
En esta misma línea, ayer la directora de seguridad de la información de Twitter, Lea Kissner, tuiteó que había renunciado. El director de privacidad, Damien Kieran, y la directora de cumplimiento, Marianne Fogarty, también decidieron abandonar la compañía, según un mensaje interno publicado en el sistema de mensajería Slack de Twitter por un abogado de su equipo de privacidad y revisado por Reuters.
No es la primera vez que Musk amenaza con la ruina financiera
Musk ha utilizado en el pasado la amenaza de la ruina financiera en un intento de motivar a los empleados, comenta a Bloomberg News una persona familiarizada con su estilo de gestión. Dice que está tratando de transmitir la idea de que si la gente no trabaja duro, Twitter quedará en una situación muy difícil.
The Information and Platformer informó anteriormente sobre la declaración de bancarrota de Musk y también insinuó productos que le gustaría presentar, incluidos pagos, anuncios que son más conversacionales y cuentas corrientes que devengan intereses.
FTC muestra preocupación
Por otro lado, la Comisión Federal de Comercio de Estados Unidos (FTC) anunció que estaba observando a Twitter con “profunda preocupación” después de que los tres oficiales de privacidad y cumplimiento se fueran. Estas renuncias potencialmente ponen a la red social en riesgo de violar las órdenes regulatorias.
En tanto, actualmente la firma está sujeta a un decreto de consentimiento con la FTC que regula cómo Twitter maneja los datos de los usuarios y podría estar sujeta a multas por violaciones.
No obstante, el abogado de Elon Musk, Alex Spiro, les dijo ayer a algunos empleados en un correo electrónico que Twitter seguiría cumpliendo. “Hablamos con la FTC hoy sobre nuestras obligaciones continuas y mantenemos un diálogo continuo constructivo”.
Afirmó que solo Twitter, no los empleados individuales, podría ser responsable de las órdenes. “Entiendo que ha habido empleados en Twitter que ni siquiera trabajan en el asunto de la FTC comentando que podrían ir a la cárcel si no cumplíamos, simplemente no es así como funciona esto”, relató.