La investigación de la organización Personas por el Trato Ético de los Animales (PETA) indica que, en la granja de alpaca privada más grande del mundo en Perú, Mallkini, habían trabajadores que golpearon alpacas, algunas de las cuales estaban embarazadas. Además, las ataron a un dispositivo de estiramiento y tiraron con fuerza, casi arrancando las piernas de sus cuencas. Errados de ser inmovilizados, los animales escupieron, gritaron y vomitaron mientras los trabajadores los agarraban de las orejas, les cortaban el pelo, cosían las heridas y luego los arrojaban al piso de concreto.
“La decisión de Uniqlo contribuirá en gran medida a evitar que las alpacas vulnerables sean abusadas y despojadas de su lana”, dijo la vicepresidenta ejecutiva de PETA, Tracy Reiman en un comunicado. “Los consumidores pueden hacer su parte para rechazar esta crueldad al optar por la ropa vegana, que ningún animal tuvo que sufrir”.
PETA, señala que además de causar un inmenso sufrimiento alpacas, la producción de lana de alpaca es terrible para el planeta. El Índice de Sustentabilidad de Materiales Higg clasifica la lana de alpaca como el segundo material más dañino para el medio ambiente después de la seda, señalando que es seis veces más dañino que el poliéster y más de cuatro veces más dañino que el modal, viscosa, rayón, lyocell, acrílico y otros materiales veganos. Asimismo, marcas como Gap y H&M Group también han cortado lazos con la empresa matriz de Mallkini, Michell Group, como primer paso.
Por otro lado, el grupo Michell, empresa dueña de Mallkini, indicó que las imágenes difundidas por PETA donde se ve el maltrato a las alpacas no retratan las prácticas establecidas que ellos realizan. “En nuestro centro de operaciones en Mallkini todos los procesos de esquilas siguen el protocolo de la normal técnica de esquila y manejo del vellón de la fibra de alpaca, aprobada por el Ministerio de la Producción de Perú que rige para todo el sector”, indicaron.