Un Cash and Carry se podría considerar como una fórmula comercial evolucionada de la venta mayorista tradicional que se basa en las ventas al por mayor a través del autoservicio.
Normalmente, este tipo de establecimientos se sitúa en las afueras de las ciudades y tiene una superficie dedicada a la venta en torno a los 2.000 metros cuadrados.
Este tipo de comercio fue introducido en Alemania hace más de 40 años por el profesor Otto Beisheim, que, en 1964 abrió el primer “Cash and Carry” en la ciudad de Mülheim (Ruhr).
El Cash and Carry está fundamentado en la venta de bebidas (60%), alimentación seca (33%) y productos de no-alimentación (7%).
LEE TAMBIÉN: Los cash & carry se renuevan
Este tipo de comercios, dispone de las siguientes ventajas:
– Se ofrece en un mismo espacio un gran abanico de productos
El minorista tiene a su disposición una gran variedad de productos de aquella línea o gama de la cual es especialista. Por lo tanto, tiene la oportunidad de comparar y conocer de una forma mucho más detallada las características y atributos de cada uno.
– Precios competitivos
Hay que tener en cuenta que existe una importante competencia entre las empresas para poder estar situadas en lugares visibles en los pasillos de los Cash and Carry. Gracias a esta competencia, estos establecimientos consiguen proveerse a unos costos menores, por lo que pueden ofrecer al minorista los mismos productos a un precio más competitivo.
– Simplifica la gestión del negocio a los clientes
Que todos (o una mayoría) de los productos se encuentren en un mismo espacio facilita las tareas y permiten al empresario disponer de tiempo para otros menesteres. Ello debido a que uno de los puntos más complicados que tiene que afrontar todo comerciante es escoger aquellos proveedores con los cuales mantener una relación comercial.
– Funciona como almacén
Las empresas precisan de grandes espacios donde poder guardar todos aquellos productos finalizados que aún no se han vendido. Además, hay que tener en cuenta que es imprescindible mantener un stock de seguridad para poder abastecer al cliente en cualquier momento independientemente que ocurra algún tipo de improviso en la organización. Mientras que este segundo coste es inevitable, en referencia al primero, gracias al Cash and Carry, se reduce de forma considerable o, en algunos casos, desaparece.
– Permite al cliente estar al día de todas las novedades que surgen en el mercado
Las personas que gestionan estos comercios mayoristas conocen cuáles son las necesidades del mercado final, por lo que ofrecerán a sus clientes (los minoristas) todas aquellas novedades según los cambios de preferencias que hayan transmitido los consumidores finales.