Todo parece indicar que a Victoria’s Secret no le está yendo del todo bien. Recientemente, la famosa marca de lencería no solo anunció que April Holt, la jefa de la cadena de tiendas, dejaba su cargo luego de más de 16 años, sino que también recortaba el 15% de su personal.
De acuerdo a CNBC, la multinacional ha despedido a alrededor de 50 personas sus oficinas centrales (HQ) en Columbus, Ohio, Estados Unidos (EEUU). Los afectados son desde líderes más senior hasta personal junior de bajo rango.
En esta línea, Viuctoria’s Secret declaró a Retail Dive que el cese laboral de Holt no coincidía con la ola de despidos en Ohio. Ahora la reemplazará Becky Kritek-Behringer, quien ha venido siendo la vicepresidenta sénior de operaciones de la cadena de tiendas.
Holt es la tercera de otros altos cargos que salieron de la compañía en menos de un año. En noviembre del año pasado, Jan Singer dejó su puesto de consejero delegado de Victoria’s Secret, que lideró durante menos de dos años, y fue reemplazado por John Mehas. Pese a los cambios, la situación económica de la empresa no mejoró, pues sus ingresos no han dejado de disminuir desde 2017.
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EL MOTIVO DE LA CRISIS
Por sorprendente que parezca el motivo de la crisis de esta marca se debe al auge del nuevo feminismo.
La actual corriente considera a esta marca como un desfile hecho para el disfrute de los hombres y que no encaja con la idea del body positive. La filosofía body positive potencia la aceptación e integración de todos los cánones de belleza, mientras que las conocidas ángeles tan sólo muestran figuras espectaculares.
Últimamente, han ingresado nuevos competidores como Savage X Fenty, la compañía de lencería de Rihanna, Aerie y ThirdLove de American Eagle Outfitters, las cuales pretenden ser más inclusivas para las mujeres de diferentes formas, siluetas o tamaño.