Volvo apuesta por nuevos modelos de negocio que integren la sostenibilidad y reduzcan el impacto en el planeta. Es por eso que además de las reducciones de emisiones de carbono, tiene como objetivo ahorros anuales de 1.000 millones de SEK (coronas suecas).
La compañía tiene el objetivo a largo plazo de convertirse en un negocio circular para el 2040 y creará materiales de ciclo cerrado de alta resistencia como el acero y el aluminio, así como la remanufactura, reparación, reutilización y restauración de piezas.
Anders Kärrberg, director de sostenibilidad global de Volvo Cars, menciona que la empresa tiene uno de los planes climáticos mas ambiciosos dentro de la industria y están rediseñando sus procesos para tener un enfoque de sostenibilidad.
Esto significa, que Volvo planea que todas las partes de sus autos deben diseñarse, desarrollarse y fabricarse para ser utilizadas y reutilizadas, tanto por la empresa como por sus proveedores. Al enfocarse en la eficiencia de los recursos y retener el valor creado en los materiales y componentes durante el mayor tiempo posible durante el ciclo de vida, la empresa busca optimizar el uso de materiales, componentes y automóviles y eliminar el desperdicio en el proceso. Esto conducirá a ahorros financieros y nuevas fuentes de ingresos, además de reducir significativamente nuestro impacto ambiental.
Cabe resaltar que, Volvo ya ha refabricado piezas como cajas de cambios y motores para hacer un mejor uso del material y reducir las emisiones. La marca señala que en 2020, se remanufacturaron alrededor de 40.000 piezas, lo que ahorró casi 3.000 toneladas de emisiones de CO². Para 2025, Volvo apunta a más del doble de su negocio de refabricación. Para garantizar que el material valioso se pueda mantener en circulación, la empresa recicló el 95% de sus residuos de producción el año pasado. Esto incluyó 176.000 toneladas de acero, lo que impidió la generación de casi 640.000 toneladas de CO².
Economía circular
Los nuevos modelos comerciales, que incluyen dar un nuevo uso a las baterías de los autos eléctricos, son importantes desde una perspectiva comercial circular. Cuando se utilizan baterías en aplicaciones de almacenamiento de energía fuera de los automóviles, se pueden obtener nuevas fuentes de ingresos y ahorros de costos al tiempo que se extiende el ciclo de vida de las baterías.
En este contexto, Volvo está interesado en descubrir el potencial en aplicaciones de segunda vida para sus baterías de alto voltaje. Un ejemplo actual es la colaboración con BatteryLoop, una empresa sueca del Stena Recycling Group que reutiliza baterías de la industria automotriz.
BatteryLoop y Volvo utilizan baterías de automóviles Volvo electrificadas para un sistema de almacenamiento de energía con energía solar. A partir de abril, el sistema alimentará estaciones de carga para coches eléctricos y bicicletas en el centro de negocios de la empresa sueca de salud e higiene Essity, en las afueras de Gotemburgo.
Siguiendo la misma línea sostenible, Volvo junto a Comsys AB, una empresa sueca de tecnología limpia, y Fortum, una empresa energética europea, participan en un proyecto piloto comercial. El objetivo es aumentar la flexibilidad de suministro en una de las instalaciones hidroeléctricas de Fortum en Suecia, al tiempo que se contribuye a una segunda vida útil para las baterías de los vehículos eléctricos. Las baterías de los automóviles híbridos enchufables de Volvo servirán como una unidad de almacenamiento de energía estacionaria, lo que ayudará a proporcionar los llamados servicios de “equilibrio rápido” para el sistema de energía.