MILÁN- Con gran alboroto, las casas de lujo europeas como Ferragamo, Louis Vuitton y Moncler están remodelando y expandiendo sus espacios minoristas existentes, para darles un toque de novedad y ofrecerles a los compradores un nuevo motivo para entrar a sus locales. Otras marcas como Pucci y Fendi cambiaron de ubicación y abrieron una tienda nueva cada una luego de cerrar otra en una zona cercana pero menos prestigiosa.
El énfasis puesto en la remodelación de tiendas existentes marca un cambio en la industria minorista de lujo. Durante una década, pareció que marcas como Vuitton, Gucci, Ferragamo y Hermès no daban abasto para abrir nuevos puntos de ventas. En China y otros mercados nuevos, así como en mercados de bienes de lujo en Europa, las empresas sumaron decenas de tiendas por año, lo que impulsó el crecimiento del sector.
Pero esas marcas y muchas otras ya llegaron a la mayor parte del mundo, incluidos lugares tan remotos como Mongolia.
La iniciativa de remodelación forma parte de un proceso doloroso de maduración para la industria de los bienes de lujo. A los ejecutivos les preocupa que los letreros de sus tiendas se hayan multiplicado tanto que los consumidores ya no se entusiasman por ir de compras allí. Analistas debaten cuánto puede crecer el sector sin abrir más boutiques.
“La mayor parte del crecimiento provino de la ampliación del espacio y el alza de precios”, afirma Luca Solca, analista de Exane BNP Paribas.
No es fácil medir con precisión cuánto crecimiento proviene de tiendas nuevas y existentes. Parte de la dificultad se debe a la forma en que los gigantes de los bienes de lujo reportan su expansión. A diferencia del resto del sector minorista, estas empresas no revelan el crecimiento de las tiendas abiertas al menos un año.
Hay marcas que aún abren tiendas nuevas, pero no con la velocidad del pasado. Hace poco, Vuitton inauguró una tienda en Barcelona, y Bottega Veneta sumó otra en Milán.
Sólo Prada está abriendo puntos de ventas con velocidad, pero se debe a que la marca aún tiene aproximadamente 200 tiendas menos que sus rivales Gucci y Vuitton, y a que hace unos años no tenía los fondos para invertir en nuevos locales.
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