En los últimos días nuevos participantes se sumaron al pool de interesados en la distribuidora Rabié. Así, según cercanos al proceso, ya son diez las compañías que podrían participar en la licitación, un número que podría ir en aumento.
Entre quienes ya han firmado contratos de confidencialidad están empresas chilenas y extranjeras, en un número semejante.
Por ahora, los interesados en la distribuidora están realizando el due diligence y la próxima semana el síndico de la quiebra -Herman Chadwick- y el asesor financiero -LarrainVial- definirían la fecha de presentación de ofertas vinculantes. La idea sería recibir los sobres a fines de julio para adjudicar a inicios de agosto.
Lo que ha cambiado
La cantidad de interesados dista bastante de cuando la empresa estaba en quiebra y sólo tres compañías buscaron hacerse de la distribuidora.
El factor principal que ha abierto el apetito de varios es que la operación ya está funcionado con números azules. Hoy las ventas alcanzan a unos $ 5.000 millones al mes y en abril ya habría logrado su ansiado Ebitda de equilibrio, que se ubica en torno a los $ 4.300 millones.
A esto se agrega que la compañía trabaja con más de 17.000 clientes sólo en el canal tradicional, lo que reafirma la posibilidad de que a futuro el nuevo dueño pueda obtener buenos retornos, ya que Rabié aún no ha podido recuperar a los clientes institucionales, que siempre fueron su negocio principal.
Según cifras proporcionadas por la firma a acreedores, durante el primer trimestre de este año, un 98,23% de los clientes correspondía al canal tradicional -como almacenes- y el 1,07% restante eran institucionales.
A lo anterior se suma el upside que significaría para Rabié el tener un dueño que sea sujeto de crédito. Esto permitiría bajar el costo de financiamiento y que los proveedores ampliaran sus líneas de crédito, con lo cual podrían abarcar el canal de institucionales. De esta forma, sin tener que inyectar capital, fácilmente podrían alcanzar ventas por $ 8.000 millones e incluso doblar esta cifra.
Otros atractivos
Con estos números sobre la mesa, Rabié enfrentará el proceso de venta, algo que esperan sea exitoso, considerando lo atractivo de la distribuidora. Esto debido a que, a pesar del proceso de quiebra, ha mantenido su participación en torno al 43%, aseguran cercanos.
A esto se suma que el síndico ya eliminó todos los factores que afectaban los números y dejó sólo el negocio natural lo que facilitaría la gestión del posible comprador.
Estas decisiones incluyen la devolución al Banco de Chile del centro de distribución de Chillán, lo que permitió eliminar un desembolso mensual de $ 60 millones en arriendo. El recinto fue adjudicado en remate a Cencosud.