El Gobierno de Venezuela ha sido claro al señalar que la prioridad del Estado es garantizar el abastecimiento de alimentos sin importar de dónde estos provenga. De hecho, el grueso de las importaciones del Estado está centrado en el sector de alimentos.
En el mes de octubre el índice de escasez se ubicaba en 22% según los datos del Banco Central de Venezuela, la crisis más alta de los últimos cuatro años, lo que obligó al Gobierno a mirar hacia los países aliados para poder llenar los anaqueles.
Fue así como rubros como leche, azúcar, cereales y hasta papel higiénico viajaron en avión desde los países del sur hasta Venezuela para poder atender la crisis en tiempo récord.
De poco sirvió el esfuerzo
Las importaciones de materias primas e insumos han mermado, debido a las limitaciones en la liquidación de divisas a cotización oficial, lo que ha hecho que la escasez siguiera acentuándose.
Las importaciones de alimentos desde Argentina, Paraguay, Uruguay, Bolivia, Nicaragua, Brasil, entre otros, sirvieron para llenar tanto los canales públicos como los privados. Pero en los últimos meses poco se ha conocido sobre las compras externas de alimentos.
Según cifras ofrecidas por el Ministro de Alimentación del país venezolano, el gobierno distribuyó 3 millones 782 mil 668 toneladas de alimentos entre las redes públicas y las privadas.
La agroindustria se sostuvo este año con las importaciones de materias primas, y así quedó reconocido por el BCV en el reporte del Producto Interno Bruto, del tercer trimestre. Las industrias procesadoras de café, leche y sus derivados, trigo, concentrados de frutas, entre otros operaron con insumos foráneos.
El anuncio de las nuevas medidas se da en medio severas dificultades de abastecimiento de algunos bienes básicos, que incluso han sido reconocidas por el Banco Central de Venezuela que el mes de agosto registró un índice de escasez de 22%, que es una de las tasas más altas que se ha alcanzado desde que se comenzó a difundir el indicador en 1990.