Los “jugadores” del sector de fast food han tenido un comienzo tardío en cuanto a su acercamiento a la tecnología y es que la apuesta tecnológica de las grandes multinacionales de comida rápida será determinante para saber quiénes sobrevivirán a la actual revolución.
Y es que este tipo de inversiones llevan tiempo y un importante gasto de capital, pero lo que es real es que la demanda de los clientes existe y las cadenas que podrían ofrecer servicio de entrega a domicilio no lo están haciendo.
La tecnología está sazonando al segmento fast food y una prueba de ello son las aplicaciones desarrolladas por cadenas como Taco Bell, cuya app permite a los consumidores preparar su orden de alimentos para que al llegar a la tienda esta se encuentre lista, sin necesidad de hacer fila.
Panera, por ejemplo, dedicó años a invertir en tecnología de pedidos digitales, desde una aplicación móvil a quioscos en los locales, creando lo que denomina “Panera 2.0”.
Los pedidos por celular ahora representan 22% de sus ventas, muy por delante de compañías como McDonald’s, que lanzó los pedidos móviles hace poco.
Las facturas promedio pueden ser $2,00 más altas en los pedidos digitales, lo que eleva las ventas en los cafés operados por la compañía –la mayoría de los cuales ya se han actualizado con la tecnología de Panera 2.0– en comparación con los locales franquiciados, que aún no han hecho el cambio.
Los pedidos y pagos por celular también impulsaron el crecimiento en Starbucks y representan 25% del total de transacciones de la compañía.
Por ello, Starbucks anunció que ofrece la posibilidad de realizar pedidos a través de la popular plataforma china de redes sociales WeChat, así como por medio de “My Starbucks Barista”, una app que recibe pedidos por comando de voz o mensaje de texto.
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Otras compañías como Jack in the Box están lanzando aplicaciones móviles, mientras que Popeyes Louisiana Kitchen ha empezado a trabajar en los pedidos digitales, que podrían tardar de un año a 18 meses en estar implementados, según indica la analista Jennifer Bartashus de Bloomberg Intelligence.
Además, refiere que para satisfacer estas cambiantes demandas de los shoppers, los restaurantes tienen que estar donde los clientes quieren que estén.
Entretanto, los fast food que quedaron rezagados en entrar a la era digital están pagando el precio.
Apenas este mes, Chipotle Mexican Grill Inc. adoptó los pedidos de bufé por Internet, dejando atrás por fin el fax.
Conforme la cadena de burritos tiene dificultades para recuperarse de la crisis de seguridad de los alimentos del año pasado, las filas de clientes se vuelven más largas no porque hayan vuelto los clientes, sino porque tarda más pedir y pagar. En ese sentido, los pedidos y los pagos móviles podrían ser útiles para esta firma de fast food norteamericana.
Barato, rápido y cada vez más fácil de conseguir es el objetivo que deben seguir las empresas de fast food gracias al uso de aplicaciones móviles por el cual ahora compran los consumidores en diversas partes del mundo.
Lo que demuestran estos ejemplos, es que el fast food está mirando directamente y de manera muy estratégica al consumidor digitalizado, hecho que lo obliga a aliarse de la tecnología y mejorar su experiencia en tienda o conocer mejor a sus clientes, ya no solo con la dirección, sino con su patrón de consumo.