Cuando Amazon comenzó a probar sus “lockers” o kioskos en cadenas de tiendas al por menor, este fue presentado como un medio seguro para que los clientes reciben las órdenes que por cualquier razón no podían recibir en sus casas, lugares de trabajo o simplemente para evitar los extravíos con el delivery. Ahora, Amazon está haciendo más fácil para estos mismos clientes devolver las compras no deseadas mediante el uso de sus “lockers”.
Para devolver un artículo, los clientes van al centro de devoluciones de Amazon. Siempre que el producto que compró es elegible para devolución, Amazon envía un código de retorno a través de correo electrónico. El cliente sólo tiene que introducir el código en la pantalla táctil y sigue las instrucciones para colocar el producto a devolver en un casillero.
El servicio de “lockers” ha funcionado bien para el gigante del comercio electrónico, aunque no todos sus socios han sentido lo mismo (en RadioShack y Staples los “lockers” fueron removidos de sus tiendas). Según The Wall Street Journal, Amazon ha seguido ampliando su servicio a pesar de que Google va a cerrar su servicio similar que se ofrece a través BufferBox.