Las fábricas asiáticas continúan recuperándose de manera constante en noviembre gracias al auge de la potente economía de China, indicó Reuters.
La actividad de las fábricas de China se aceleró al ritmo más rápido de una década en noviembre, según mostró una encuesta privada el martes, en una señal de que la segunda economía más grande del mundo se está recuperando hacia los niveles previos a la pandemia.
“En China se están omitiendo las etapas intermedias y se está produciendo directamente una transición entre las operaciones de gestión familiar y el comercio electrónico”, informó un estudio publicado por DHL Supply Chain.
Sin embargo, el resurgimiento mundial de las infecciones por coronavirus ha hecho que las perspectivas sean muy inciertas, lo que mantiene a gobiernos y bancos centrales bajo presión para mantener o aumentar sus programas de estímulo masivo.
A pesar de ello, la recuperación constante de la demanda mundial también ayudó a que la actividad de las fábricas de Japón se acercara un poco más a la estabilización en noviembre, y a que la de Corea del Sur se acelerara al ritmo más rápido en casi una década.
“La industria manufacturera siguió recuperándose y la economía volvió cada vez más a la normalidad a medida que se atenuaron las consecuencias de la epidemia de COVID-19 en el país”, dijo Wang Zhe, economista principal de Caixin Insight Group.
Como consecuencia del creciente poder adquisitivo de la población china, los fabricantes nacionales están aumentando sus operaciones dentro del mercado doméstico, lo que está convirtiendo al país conocido por ser el fabricante del mundo, en su propia fábrica.
Además, la actividad de las fábricas también creció en Taiwán e Indonesia, signo de que el repunte de la demanda china estaba apuntalando la economía de la región.
No obstante, el crecimiento del comercio electrónico y la demanda de productos están generando grandes presiones sobre la inadecuada infraestructuras chinas de transporte y ha fracturado el mercado de servicios logísticos.
