Evidentes signos de saturación está mostrando la industria supermercadista del país del sur, que mueve en torno a los US$15.000 millones al año. Según un informe de Cencosud, “es cada vez más difícil de encontrar buenas locaciones, sobre todo para nuestras grandes superficies comerciales. La mayoría de los minoristas más importantes han bloqueado los terrenos clave”.
Así, empresas como Walmart Chile, Cencosud, SMU –considerando su fusión con SdS que debe ser aprobada por el TDLC-, y Tottus, que en conjunto concentran el 95% del sector supermercadista nacional, están apostando por construir formatos de menor tamaño a nivel nacional, lista en la que se encuentran las tiendas de conveniencia.
El actual consultor y ex ejecutivo de las cadenas Bryc y Mayorista 10, Marcelo Duarte, asegura que en Chile está la tendencia de naciones europeas, que crecieron tanto que los supermercados “se la jugaron” por los locales más chicos, de 1.000 m2 a 1.500 m2, para instalarlos sobre todo en stripcenters que levantaban junto a otros operadores.
Según Duarte, hay terrenos interesantes libres en el centro de las ciudades dentro del país chileno, pero hasta tres veces más caros que cinco o seis años atrás porque son pocos.
Además, para hacer un supermercado mediano o grande, éste debe vender de $500 millones hacia arriba al mes. Lo normal, era que se llegara hasta los $2.500 millones, lo que es difícil hoy, y se logra esperando la maduración del local o quitándole clientes a otro. Por eso se están prefiriendo los formatos más chicos, donde su línea está entre los $200 millones a $300 millones en ventas, y usa nada más que el 20% de la inversión de un hipermercado.
De esta manera, se da una combinación letal, alertan ejecutivos del sector. Subieron fuertemente de precio los terrenos, bajaron las ventas, y hay muchas salas de supermercados en el país, lo que da como resultado rentabilidades estrechas para las compañías. Dado esto, las cadenas levantan formatos más pequeños o mayoristas y potencian el non food.
Por otro lado, el gerente general corporativo de Falabella, Juan Benavides, tiene una visión distinta del fenómeno. De los formatos grandes, apunta, hay una expansión relativamente fuerte en el mercado, “pero hay que entender que en Chile hay un ingreso per cápita de US$14.000, y cuando se comparan los m2 de supermercados por cada 1.000 habitantes respecto de EE.UU. y Europa –que tienen US$40.000 per cápita-, uno se da cuenta que estamos en un tercio que ellos en capacidad”.