El rechazo mundial a la guerra entre Rusia y Ucrania se refleja en las decisiones adoptadas y en las medidas anunciadas de las principales firmas de moda. Mientras las tiendas online han pausado los envíos al país, ahora los gigantes textiles se sumaron al boitcot que están llevando a cabo las compañías internacionales al Gobierno de Vladimir Putin.
A finales de la semana pasada, las multinacionales españolas Inditex y Tendam anunciaron el cierre temporal de todas sus tiendas físicas y sus ventas en línea. Y no es una cuestión baladí, pues Inditex, dueña de las marzas Zara, Bershka, Pull & Bear, Stradivarius, Oysho, Massimo Dutti y Uterqüe, tiene 502 tiendas en Rusia, en las que trabajan más de 9 000 personas. Las ventas en Rusia suponen el 8,5 % del resultado de explotación del grupo.
En cuanto a Tendam, dueña de Cortefiel, Women’s secret, Springfield y Pedro del Hierro, tiene cerca de 50 tiendas y 400 empleados.
También han echado el candado la sueca H&M, Nike, Adidas o Mango. Cierres en cadena que están generando inquietud entre los clientes rusos.
“Desde hace una semana, siento que voy a tener que moderar mis gastos y empezar a ahorrar, aunque sea un poco”, afirma una joven.
“Sí, vamos a necesitar un colchón de protección”, añade otra chica. La situación es demasiado inestable, incluso las empresas rusas pueden empezar a cerrar, ya que la mayoría de sus suministros vienen de fuera, ropa o materias primas”, dijo otro ciudadano ruso.
Las marcas de lujo también echan el candado
El sector del lujo en Rusia, que generó el año pasado más de 6 700 millones de dólares, también mueve pieza. Burberry fue la primera firma en cerrar temporalmente sus puntos de venta, seguida por la italiana Gucci y las principales marcas francesas, LVMH, Hermès, Chanel o Kering.
No obstante, hay que tener en cuenta que los rusos pudientes, amantes del lujo, prefieren viajar al extranjero, a París, la Costa del Sol u otros lugares para hacer sus compras. Algo que ahora tampoco podrán hacer.