En algún momento nos hemos sentido cautivados por un producto al pasar frente a un escaparate o hemos hecho una pausa para ver el establecimiento, lo que significa que la ambientación comercial ha logrado llamar nuestra atención.
Hoy en día, la tienda de moda ha superado el concepto meramente comercial, pues se configura como un nuevo espacio social situado en centros comerciales en los que es posible conectar con la cultura y el arte de una ciudad.
Más allá del objetivo comercial, la venta al por menor o retail, se convierte en el sector de la moda en un concepto nuevo: en una experiencia de compra unida al ocio, la cultura, o simplemente la contemplación del paisaje urbano.
Pero cada tienda es diferente según el producto que ofrezca: en un supermercado será más importante la funcionalidad, mientras que a una boutique de artículos de lujo le interesará crear un ambiente exclusivo. Los pequeños comerciantes pueden asumir el riesgo de promover un diseño interior más rompedor.
La realidad de la tienda se presenta como una herramienta con tanta o más eficacia que cualquier otra para reforzar el mensaje de la marca y darle coherencia al mismo tiempo.
El principal objetivo del diseño de una tienda es mostrar los productos de la mejor forma posible y esto se logra mediante una combinación de ambiente, funcionalidad y un interiorismo acogedor.
El diseño de un buen visual merchandising, puede incluso asegurar la venta, incrementar la rentabilidad en el mismo punto donde esté ubicada, por la simple atracción visual con la que se realice el merchandising, la creatividad, generará no solo actividades que estimulen la compra en el punto de venta, sino también, la manera en la que se crearán técnicas comerciales que permitirán presentar nuestro producto en las mejores condiciones y que resulten más que atractivas al consumidor final.