El fenómeno del retail integrado de las grandes cadenas chilenas, las que operan con todos los formatos existentes, está bajo la lupa de los entes antimonopolio. Es que el Tribunal de Defensa de la Libre Competencia (TDLC), advirtió en su fallo donde impuso duras condiciones a la fusión entre SMU y Supermercados del Sur (SdS), de los riesgos en contra de la libre competencia en el sector.
Estos riesgos, según el tribunal liderado por Tomás Menchaca, se dan sobre la base de un retail altamente concentrado. Y tienen que ver con los peligros de una eventual colusión de precios entre las compañías, las fuertes barreras de entrada a nuevos actores y el elevado poder de compra que afectaría principalmente a los proveedores.
El hecho que encendió las luces de alerta del TDLC, es que en el sector supermercadista –que estaría a punto de ser denunciado por la FNE tras una extensa investigación–, en un escenario de actores integrados con otros formatos de retail donde sólo cuatro engloban el 95% de las ventas, existen una serie de factores que hacen más probable que se sostenga una colusión de precios en el tiempo. Y el principal de ellos, son los múltiples mecanismos de monitoreo entre las cadenas.
El TDLC apuntó a que los supermercados se otorgan facilidades para el monitoreo mutuo de precios y existen múltiples vías para conseguir la información. En primer lugar, la empresa AC Nielsen recaba información a través de su sistema Scantrack, la que “pasa por los lectores de códigos de barra” de las cadenas. Así, reciben de esta fuente valores promedio semanales, por producto, desagregados por zonas, “pero no podrían distinguir por cada uno de sus competidores, ya que esta información estaría agregada”.
Sin embargo, “la información entregada por Nielsen a las cadenas de supermercados no sería suficiente ni para el diseño más fino de su política de precios ni para el monitoreo de eventuales acuerdos, ello no sólo por el rezago con el que se obtiene la información sino también porque la que recibe cada cadena corresponde al promedio de las demás cadenas en cada zona. Por ello, cada una gasta recursos adicionales para monitorear directamente los precios de la competencia”, reveló el TDLC.
Las cadenas reportaron, asimismo, que es habitual que el personal de sus salas de venta visite los locales de la competencia “para observar precios de algunos productos especialmente sensibles”, y que se estudien los catálogos de promociones de la competencia. Además, la absorción de las firmas más pequeñas “habría facilitado el flujo de este tipo de información, ya que estas no entregaban datos a AC Nielsen e impedían la entrada a empresas que llevaban a cabo el monitoreo de precios”, afirmó el TDLC.
“Si bien es dable pensar que en una industria en que se transan miles de productos distintos, el monitoreo de los precios de venta de la competencia constituye un desafío relevante, por otro lado esta tarea se ve facilitada por las mismas tecnologías computacionales que permiten la administración de grandes cadenas”, recalcó el TDLC.
Cabe recordar que estas mismas prácticas de monitoreo de precios entre las cadenas, fueron consideradas como parte de las pruebas para la colusión de precios entre las farmacias, en el caso que le significó multas por US$40 millones a Cruz Verde y SalcoBrand, eximiéndose Fasa solamente del juicio por la delación compensada.
Integración de los grandes
En esa línea, el TDLC señaló que la cadena SMU –del Grupo Saieh– cubre el nicho minorista con Unimarc, el mayorista con sus locales ALVI y Mayorista 10, tiendas con atención de mesón con sus locales Comer y Dipac, operaciones para compras en línea con despacho a domicilio con Telemercados, su formato OK Market, mejoramiento del hogar a través de Construmart y el 10% de La Polar que trabaja con tarjetas de crédito.
Por su parte, Walmart tiene sus hipermercados Lider “con gran variedad de productos con un importante traslape con la oferta de tiendas por departamento y mejoramiento del hogar, supermercados Express de Lider, tiendas de descuento Ekono y, por último, superbodegas aCuenta para segmentos de menores ingresos”. Esto, además del formato mayorista que abrirá el próximo año la cadena de origen estadounidense, y de su tarjeta de crédito Presto.
En tanto, Cencosud concentra su oferta en Hipermercados Jumbo, supermercados Santa Isabel “y, recientemente, ha desarrollado la línea de supermercados Jumbo orientado a un público de mayor poder adquisitivo con productos tipo gourmet”. A lo anterior, se suma que opera con multitiendas Paris, tarjetas de crédito, su división bancaria, con mejoramiento del hogar con Easy, y también sus centros comerciales.
Y aunque no aparece mencionado por el TDLC, Falabella es uno de los retailers con retail integrado, ya que desarrolla supermercados Tottus, sus multitiendas que operan con tarjetas de crédito, su división bancaria, mejoramiento del hogar con Sodimac y sus centros comerciales con un porcentaje de Mall Plaza.
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